miércoles, 21 de enero de 2015

A la mierda los propósitos

Propósito de año nuevo: Dícese de una intención tomada desde el complejo de culpabilidad y que no se piensa cumplir. Suelen ser tan vagos como quien los toma del tipo “hacer  deporte”, “estudiar inglés” o “trabajar menos y dedicar más tiempo a la familia”. En el caso de las dos primeras supone un impacto económico directamente proporcional al tiempo de matriculación en el gimnasio o academia de turno.

Hace unos días os contaba que pensaba correr MAPOMA. Han bastado dos semanas de preparación y la visita del ángel malo para mandarlo todo a la mierda… y apuntarme al Trail Madrid de El Escorial el 9 de Mayo. 42 kms y 3.500 metros de desnivel por un recorrido de lo más chulo que puede verse por Madrid desde San Lorenzo a Guadarrama con inmejorables vistas hacia El Escorial, el Valle de los Caídos, el alto de Abantos y llegada a Guadarrama. Y es que es mucha tela correr un maratón y dos semanas más tarde apretarse un trail de 42 kms.

Me gustaría decir que la culpa no es mía, que es de Sensei Óscar y sólo de Sensei Óscar. Pero es mentira. Él sólo puso la bola a rodar y yo la levanté y la enchufé de bolea. De la misma forma que él dice que le han liado para la UTMB lo dice con la boca pequeña como lo digo yo o como decía hace muchos años que lo que me sentaba mal era la última copa (la última siempre es de garrafón) o que la culpa era de mis amigos que no dejaban que me fuera. Los cojones.
Todos somos responsables de nuestros actos desde que le damos al click en el “he leído y acepto” cuando nos inscribimos a algo. Nadie nos obliga a correr, ni a apuntarnos a ninguna carrera a tener hijos o firmar una hipoteca.
Dado que las fechas son muy parecidas (26 de Abril y 9 de Mayo) y las distancias similares, la preparación va a ser calcada salvo por los desniveles y la fuerza. Para empezar, ahora sí, tengo que meter más caña de fuerza en el gimnasio tipo elíptica o cinta al 30.000% de inclinación. GAP y Pump para consolidar cuádriceps, glúteos, abdominales y dorsales- Y algún trail hasta entonces.

Hay 1.700+ y 1.800- pero el track de la Organización dice que son 1.500+ y 1.600- . En todo momento se va por caminos y el perfil es parecido (creo) al de Somosierra. La intención es terminarla y, sobre todo, disfrutar de la carrera, de la Sierra y seguir aprendiendo a correr trails y quitarme el canguelo a las alturas. El tiempo máximo es de 8:30 horas pero quiero llegar para comer ya que, gran putada, se sale a las 07:30.



El primer cambio en los entrenos este martes. Entre la nevada del lunes y las lluvias de los últimos día decidí llevarme las XT WINGS para correr a mediodía por Valdelatas y disfruté como un enano. Sí; de la misma forma que mis hijos “se confunden” y pisan el barro “sin querer” yo me confundía y pisaba la nieve que quedaba “sin querer” dejar de pisarla. Qué sensación más rara y placentera pisar nieve corriendo. Y el barro… qué bueno eso de notar como se pierde algo de tracción pero con la confianza de que la suela de esta maravilla de zapatillas se va a agarrar tanto que el puto Spiderman se tiene que morir de envidia por llevar esas botitas de charol rojo en lugar de esta bestia. Buscando las cuestas para ir metiendo desniveles y mirando el reloj únicamente para no volver muy tarde se me pasó la hora que tengo tan rápido que tuve que salir como Cenicienta. Llanear, andar subiendo, bajar corriendo y vuelta subir que en algunas cuestas hacía doblete por el placer de bajarlas y en el mp3 una lista tan ecléctica como abominable a priori: canciones (muchas) de Body Combat, Creedence Clearwater Revival, ACDC, Metallica, Extremoduro, Bisbal (la canción del Mundial, ojo) o ABBA… sólo falta Paquito el Chocolatero. Qué pena volver, que de buena gana me hubiera quedado media hora más y me hubiese apretado un bocata de panceta debajo de un chaparro en Valdelatas. En fin, lo mejor de todo es poder vivirlo. Cuánta gente vive al lado y ni siquiera sabe que existe.


viernes, 16 de enero de 2015

El Corredor, La Pedriza y el Body Pump

El domingo había salido a rodar, 18 kms, y a la vuelta nos fuimos al fin a La Pedriza. Después de un par de años intentando ir (siempre frustrados por imponderables) nos animamos siguiendo las instrucciones de nuestro Sensei particular.

Para los que no conocéis Madrid o aquellos que, siendo de Madrid, concebís el campo como algo lleno de faunos en medio de bosques encantados en los que, vade retro, puede que no haya cobertura de datos os chocará que haya que madrugar mucho (pero mucho) para entrar en coche al parque ya que sólo pueden haber 250 coches dentro del parque. Subrayo lo del coche porque en bici puede entrarse sin problemas o andando. El “problema” es que hasta la parte más chula (es precioso desde el principio, ojo) hay unos cuatro kilómetros. De hecho se aconseja estar allí antes de las 09:00. Y merece mucho la pena entrar porque es impresionante.

La alternativa en un día de invierno es la de ir a mediodía, no teniendo que hacer guardia ni madrugar y de paso quitarse las heladas que caen ahora. Además, en un día como los que estamos viviendo con 15ºC a mediodía de calor poco. Joder, que estaba luciendo mi tipo apolíneo con la camiseta del Córdoba de 1ª División. Manga corta el 11 de Enero a 1.000 metros para que luego digan que el cambio climático es una quimera.

A eso de las 16:00 nos metimos en el parque propiamente dicho. Entre escaladas, paseos y vistas el tiempo se pasó volando. Y es que es un lujo ir con guías como Óscar


Vista de La Pedriza desde Quebrantaherradura ¿a que mola?

Anduvimos poco, la verdad, pero entre el rodaje de esa mañana (18 kms), el paseo y la “escalada” con los enanos (diez niños en total) el lunes tenía las piernas un tanto cargadas. En mi caída a los infiernos del gimnasio decidí probar el Body Pump. Como suele ser en estos casos el acontecimiento se produjo casi sin quererlo y después de escupir para arriba dejando la puerta abierta como la dejé. Lo tardío de la clase de GAP (terminando a las 15:10 implica volver a currar poco antes de las 16:00), el convencimiento de tener que tonificar lumbares y dorsales (lo de fortalecer lo dejamos para otro año)  y el consejo insistente de mi coach (“te va a gustar”) hicieron que me metiera.

Lo que  me llamó la atención es lo que se peta esta clase. Ahora que está de moda al gimnasio eres un paria si, yendo, no vas a clases de esa empresa “Down Under” que todos conocéis pero que no me paga por escribir su nombre. Se trata de una clase estructurada al milímetro, donde en cada canción (perdón, “track”) hay que trabajar un grupo muscular diferente de una forma muy concreta y con unas repeticiones prefijadas. Junto con el “step” se usa una barra y diferentes pesas con las que se ajusta la carga según lo hombre que te sientas o el músculo que tengas que trabajar.

Dado que se trabajan casi todos los grupos músculos (piernas, pectoral, espalda/lumbar, hombros, abdominales) en 45 minutos en ningún momento me aburrí. Todavía es pronto para comprobar su eficacia.

De lo que me estoy dando cuenta es de la importancia de mantener el abdomen fuerte. Cuando empecé con el Pilates la monitora insistía hasta casi el aburrimiento en apretarlo y elevar el suelo pélvico, la base del Pilates. Cuando me pasé al GAP o al Balance también se insistía en esta postura. Y con estos ejercicios lo encuentro fundamental con tanto peso muerto y repeticiones para evitar lesiones.

Entre la gimnasia de preñadas (hipopresiva) y el Pump esa molestia abdominal inicial va remitiendo.

De cara al maratón estoy cambiando algo la rutina: menos salidas pero más largas (2/3 entre semana de 12-14 kms) por Valdelatas manteniendo el rodaje dominical por Hortaleza. Lo estoy compensando con más gimnasio (GAP, Pump, Body Balance a falta de Pilates) al que voy corriendo (3-5 kms en total según tiempo disponible). No sé si estoy haciendo lo correcto. De hecho pienso que nunca se aprende a correr maratones porque cada maestrillo tiene su librillo. Lo peor del maratón es prepararlo con esos entrenos tan seguidos y repetitivos que te llegan a cansar cuando tienes que estar dándolo todo allá por las semanas 8 a 12. Me gusta mucho correr como para cansarme de correr e intercalar algo de gimnasio me hace tomar la carrera del día siguiente con más ganas.

lunes, 5 de enero de 2015

Modo Maratón

Comienzo el año con dos kilos de más en la mochila que he llenado en estas fiestas tan entrañables. Tengo una compañera que dice, muy fina ella, “once in your lips forever in your hips” cuando se aprieta un churro, bombón o cualquier otra guarrería de ésas que nos hacen la vida más agradable. Yo, que pa fino los de Córdoba y su Montilla-Moriles, respondo eso que cantaba Freddy Mercury de “easy come easy go”.

No cuento calorías, cuento kilómetros (a veces ni eso) y cuando hay que ponerse de grana y oro pues me pongo, que navidad es una vez el año. Al fin y al cabo, alargando un poco más la carrera, se quema la “gasolina” que llenó el depósito.

Siguiendo con el personal que se queja de lo que engordan… conozco a unas pocas personas (dejémoslo en genero neutro que es más correcto políticamente) que dicen que engordan “comiendo una ensalada” mientras que se aprietan todos los días una espuerta con lechuga, sí, pero con medio queso fresco (que es light por los cojones), aceite, maíz (que tampoco engorda) y atún (tiene que llevar proteínas). Y, como se han portado bien, una palmera de chocolate de postre. Eso sí, a media tarde un yogur 0% o una manzana paseando por la ofi para que se vea lo sana que es (élla, no la manzana).

El otro día oí en Gumball una frase buenísima: “Si la vida te da limones hazte una limonada”. Serán todo lo irreverantes, zafios, guarros y poco edificantes que se quiera (mítico el episodio del concurso de vagos y el mando a distancia), pero hay que reconocer su punto filosófico.

Familia Watterson al completo, Richard, Nicole, Anais, Darwin y Gumball


El entrenamiento en altura en Madrid de Valdelatas me ha traído dos ó tres agradables sorpresas estas navidades: una sesión de 10 kms a 4:20 en Gijón en la que a partir del km 4 los hice entre 4:10 y 4:19, un “rodaje” (138ppm) por Hortaleza de 18 kms a 5:01, otro por Gijón de 16 km a 5:04 (136ppm) y 13 kms por Córdoba a 4:44 que no fueron ni lo uno ni lo otro (142ppm).

Doy por comenzada mi preparación de lo que será mi cuarto maratón. No voy a cambiar mi modo ni mis sesiones de entrenamiento; tan sólo las alargaré un poco más o le meteré algo más de caña. No voy a bajar de 3:30 pero es posible que me acerque a los 3:45. Me gustaría decir que me importa una mierda pero es mentira; sí que importa pero no es una de mis prioridades. Pasármelo bien entrenando, no chocar muy pronto con el muro y entrar en meta con los enanos es más importante que meterle un tajo de 5 minutos a una marca que en seguida queda atrás.

EL gimnasio lo visitaré una vez a la semana ó dos para hacer GAP o Body Balance a falta de Pilates a mediodía. Y a ver si la gimnasia de preñadas que siempre se me olvida hace su efecto.


Mientras tanto a portarme mejor todavía (siempre me porto bien), a ver si los reyes se portan bien conmigo.