miércoles, 25 de noviembre de 2015

Crónica Canillejas 2015. Crónica de un sub40

Desde hace semanas me rondaba la cabeza apuntarme a un 10k para quitarme la carbonilla. Llevo varias salidas de 7-8 km a 4:15-4:20 por Las Tablas. Entre aceras, carriles-bici y pasos de peatones estas medias, más que habituales, se han vuelto constantes para estas distancias.

Sólo había corrido seis diezmiles (en diez años). No es una distancia que me apasione precisamente porque es muy agónica. Tienes que salir dándolo todo desde el principio. Colocarte bien. Ir al 100%. Y el margen de mejora es poco… al menos para mí que ni me la trabajo en entrenamientos con series ni mucho menos en competición. Sí que la domino (y mucho) en entrenamientos ya que 45 minutos es el tiempo que suelo sacar entre semana.

El otro día lo que iba a ser un tranquilo rodaje se convirtió en una sesión de cambios de ritmo muy cañeros, con ritmos puntuales de 3:45 o menos. “Estás para bajar de 40:00” me comentó un amigo. Eso y el hecho de verme bien (en torno a 41:00) hicieron que me apuntara a la Canillejas.

Perfil de Canillejas 2015


El domingo, con un frío pelón y bastante aire, me fui en bici para allá. Aparco en el metro del Carreful, donde había quedado con un compañero, y nos vamos a trotar algo. Nos colocamos en buena posición y esperamos los quince minutos de rigor. Sin frío, sin viento, al amparo de la manada.

Lo primero que sorprende de esta carrera es que hay poco sitio para el postureo. Las/os cuquirunners ni se les ve ni se les espera. Canillejas, por lo visto, no tiene el glamour de otras carreras o sea más céntricas. Mucha camiseta de club, olor a réflex y poco selfie en la salida para gloria del caralibro.
Salida rápida, muy rápida. Se nota que la gente sabe correr porque la peña mantiene la dirección y no se cruza salvo causa de fuerza mayor (adelantamientos) y en cualquier caso lo indica con ese leve movimiento de brazo anunciando el cambio. Así da gusto correr. Primer kilómetro cuesta abajo (donde hasta la mierda sabe correr). Intento no fliparme, que la carrera es rápida pero los 10.000 metros hay que hacerlos. Aún así, 3:43. En mi planificación sobrevenida me hago la cuenta de la vieja, 4:10 por kilómetro para repetir MMP (41:40)… 27 para el zurrón. Km 2 y y uno de los pocos con perfil ascendente… hemos dado la vuelta y desde el Carreful nos metemos por García Noblejas, 4:06 y 3:59. Sigo llenando el zurrón. Con el viento de frente bajamos por Arcentales… en el km 4 (3:50) están mi hijo y unos amigos.. me vengo arriba, foto de postureo para el Facebook que todavía no tengo y para adelante. No siento el viento. Ni las piernas. El efecto túnel se hace presente y, con repechos incluidos, hago el primer cinco mil en ¡¡19:31!!

¿Alguien dijo que iba a 41:00? ¿A que no hay huevos…? Km6, con algo de subida y de nuevo veo a mi hijo mayor y sus amigos: otra foto de postureo en la que (creo) soy capaz de sonreir. Viento de cola (menos mal) porque Arcentales hacia arriba cuesta, valga el juego de palabras. Bajo el ritmo y adelanto: las cuestas de Valdelatas y Valdebebas tienen su efecto porque adelanto a más corredores que en el resto de la carrera. Termino el km 7, casi todo cuesta arriba con un dignísimo 4:14. ¡¡27:44!! Y sólo quedan los últimos tres con un perfil descendente. ¡¡Sí se puede!!

Nos metemos nuevamente por García Noblejas y giramos a mano derecha buscando el parque de Canillejas. Todo en una ligerísima cuesta abajo. Sigo kilómetro a kilómetro. No quiero petar y el hecho de contar con 12:15 para tres kilómetros hacen que tire de calculadora mental, 4:05 por km de margen. 3:49 en el 8 (esta vez mi hijo me vio a mí, me llamó y me tuve que girar para saludarlo) , 3:47 en el 9… harían incluso factible bajar de 39:00.. pero no, no se me va la pinza. Además el cartel del km 9 está 100 metros más adelantado que lo que marca el GPS. Arco de bebida isotónica al fondo… aprieto un poco porque visualizo ese sub40… ¡¡la meta está 100 metros más adelante!! Mantengo (creo) el sprint y cuando mi miopía me permite ver el cronómetro ¡¡veo un 39:48 como el sombrero de un picador!!  ¡¡Síiiiii!!!

Como suele suceder el GPS marca algo más que la carrera. ¿Estarán todas mal o será un reflejo de la inercia masculina a pensar que lo nuestro mide más que la realidad?

Un sub40 ha venido y nadie sabe cómo ha sido.

Conclusiones

-       -   No iba de tapado. No tengo experiencia apenas en carreras y apenas entreno la distancia. Series las justas.

-     - A pesar del subidón y de que se me da muy bien la distancia sigue sin gustarme. No hay lugar para el disfrute d ela carrera (en mi caso) salvo el pitido del pulsómetro que me anuncia que voy mejor de lo que esperaba ¿qué pasaría al revés? Pues eso.

-          - Estuve comiendo todo el domingo sin parar. Entre la carrera y el trayecto (20-22 kms en bici con frío y viento) estuve dándole toda la mañana. Más alguna propinilla corriendo hasta llegar a la bici.

-          - Carrera muy recomendable por el ambiente y por el recorrido. A pesar de que la salida y la meta están muy alejadas entre sí, la experiencia de los organizadores hacen que no se pierda tiempo con el ropero.

-         - El precio… entramos en una discusión más emocional que racional. 16 euros para un diez mil está en la banda alta. El ser una carrera rápida y que haya premios en metálico hacen que muchos élite se acerquen a ver qué pasa y se nota en las marcas. ¿Podría haber menos premios y que se bajase el precio? Podría, pero sería otra carrera más.

-          ¿La recomendaría? SÍ. Hay que planificar la logística pero sí (sólo hay metro inmediato en el carreful… la meta tiene metro a 600-800 metros, línea verde).

-          ¿Volveré a hacer diezmiles? Sin duda, pero próximamente no.