Semana intensa en lo deportivo, más ajeno que propio. Para empezar, la eliminación ante Serbia ha supuesto un duro palo familiar, ya que los enanos no conocían a una España que no fuese finalista (2006 Campeones del Mundo, 2007 Supcampeones de Europa, 2008 Subcampeones Olímpicos y 2009 Campeones de Europa), y la razón no hay que buscarla en Scariolo ni en si tuvimos que hacer falta rápida o agotar posesión; no. La razón, según ellos, está en que no nos pusimos “la Roja” para ver el partido. Este sólido argumento hace presagiar numerosas, largas y gloriosas jornadas televisivo-deportivas en el futuro. Menos mal que nos queda Nadal en el Open USA para el fin de semana.
Dos acontecimientos inolvidables han marcado la semana deportiva familiar: aprender definitivamente a pedalear sin patines/ruedinas y el primer álbum de la Liga, ya con pegatinas y sin ningún Ito que te hunda en la miseria ni ningún Beguiristain que te dé la gloria.
En cuanto a la semana carreril, destacar que me he sacudido la pereza de una vez y reiniciado las series, después de casi seis meses, y es que entre que era verano y madrugones he encontrado excusas de lo más peregrinas para escaquearme. Sorprendentemente se han dado mejor de lo esperado, ya que la media de los mil metros me ha salido a 4:09 (descansos de 300 metros); eso sí, sólo cuatro series y con más pulsaciones que cuando Casillas le paró el gol cantado a Robben. Si consigo hacer alguna más a una media algo menor, bajar de 43:00 en los 10.000 es más que probable.
¿Operación mochila? Bien, gracias, ya sólo me quedan dos kilos y poco, poco más de la mitad.
Dos acontecimientos inolvidables han marcado la semana deportiva familiar: aprender definitivamente a pedalear sin patines/ruedinas y el primer álbum de la Liga, ya con pegatinas y sin ningún Ito que te hunda en la miseria ni ningún Beguiristain que te dé la gloria.
En cuanto a la semana carreril, destacar que me he sacudido la pereza de una vez y reiniciado las series, después de casi seis meses, y es que entre que era verano y madrugones he encontrado excusas de lo más peregrinas para escaquearme. Sorprendentemente se han dado mejor de lo esperado, ya que la media de los mil metros me ha salido a 4:09 (descansos de 300 metros); eso sí, sólo cuatro series y con más pulsaciones que cuando Casillas le paró el gol cantado a Robben. Si consigo hacer alguna más a una media algo menor, bajar de 43:00 en los 10.000 es más que probable.
¿Operación mochila? Bien, gracias, ya sólo me quedan dos kilos y poco, poco más de la mitad.
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