Uno de los efectos de correr es
que aunque te propongas hacer una salida “ligera” de 7-8 kms siempre puede
haber alguien que te termina liando y terminas haciendo 14 kms por un monte embarrado
a 4:50. Eso me pasó el martes pasado cuando quedé con dos compañeros. Por
supuesto que la culpa fue mía: sabía con quién iba, a dónde iba y era consciente
de por dónde me metía, por lo que siempre podía haberme dado la vuelta. No cabe
echarle la culpa a ningún gobierno, a ningún país, a ningún banco o a la
mismísima Yoko Ono.
Desde el primer momento me sentí
como el tonto de “La Cena de los Idiotas”, pero esta vez era plenamente
consciente de que corría con dos keniatas descoloridos. En las cuestas abajo,
los únicos tramos en los que podía hablar sin quedarme con aire, comentábamos
la posibilidad ya avanzada de crear una comunidad de corredores en la empresa y
parece que pinta bien la cosa. Además siempre queda el “orgullo y satisfacción”
de participar desde el principio.
Dado que nos adentramos en “estas
fechas tan entrañables” uno siempre tiende a analizar qué ha hecho y qué había
esperado hacer.
Sólo he corrido una carrera
planificada, el Maratón de París en el que “pinché” por llevar unas expectativas demasiado altas
pero en el que disfruté como un enano con la familia en los días previos y en
los posteriores y que no olvidaré nunca. En total han sido casi 2.000
kilómetros de los que 165 han sido en competición. Aparte he ido más al
gimnasio donde he hecho GAP, Pilates en la primera parte del año y Body
Balance. Seguramente a causa de estas actividades las lesiones se han reducido
drásticamente.
Por el contrario, me he apuntado
a seis carreras más que no había previsto ni por asomo. Dos diezmiles, CSIC y
BBVA de los que saqué una MMP (41:39) que no me merezco por no haber preparado
la distancia en un recorrido bastante exigente. Me queda la esperanza de que si
me la preparo y me apunto a alguna con un perfil más benévolo me podría acercar
a los 40:00. Incido en el “si” condicional por lo condicional y lo condicionado
que supone hacer series (qué poco me gustan), que tendría que hacer en
solitario.
París aparte, lo mejor del año deportivo
ha estado en el descubrimiento del trail. Nuevamente me dejé liar (me lie yo
solito) un día de Mayo en el que después de pinchar una rueda, sin darme cuenta,
al día siguiente ya estaba dándole a “Aceptar” en el formulario del “Maratón
Desafío Somiedo”. Yo, que el Maratón de Madrid me parecía duro, voy y me
inscribo a uno con 5.000 metros de desnivel: los de Bilbao son la señorita
Pepis al lado de los de Córdoba, que nos da por ganar nuestro primer partido en
primera en San Mamés. Para probar me inscribo en un trail de 18 kms en Riaza
(Segovia) y lo termino dignamente (2:38, con 900+ y muy buenas sensaciones).
Subidón y euforia desbordada me llevan a Somiedo donde me doy un baño de
realidad bajando La Farrapona. Con un tramo no excesivamente técnico me falló
la cabeza y en punto de control de Saliencia me retiro ante la posibilidad de
otro descenso similar con menos fuerzas y peor tiempo. También jugó su parte el
corredor escoba con el que me encontré llegando a este pueblo quien, cumpliendo
su función, nos arengaba a los más lentos para ir subiendo el colchón de quince
minutos que llevábamos sobre el cierre. Pequé de pardillo, me dejé llevar por
la euforia y lo pagué.
Este sabor agridulce mejoró con
la Media de Somosierra en Octubre. Con un perfil duro pero no técnico (1.900
metros de desnivel en 21 kms) hago 2:26 (posición 113 de 199) y me confirmo en
mi estrategia de ir curtiéndome en trails de perfil menos técnico e ir
incrementando la dificultad poco a poco para quitarme la espina en Somiedo en
un par de años.
Para 2015… mi cuarto maratón,
seguramente Madrid. Si el principal patrocinador deportivo sigue “regalando” el
dorsal sin tocar aún más los cojones (este año compra de material sin rebajar
en febrero por valor de más de 120 euros en determinadas tiendas, etc), sin
duda, y repetiré proveedor a pesar de que después de nueve pares ya empiezo a
tener ganas de cambiar. Alguna media (Latina, Fuencarral) le precederá.
Y a partir de Mayo trails en las
cercanías de Madrid. Si se puede distancias “cortas” de 18-25 kms y
eventualmente dar el salto a alguna distancia más larga (hasta 40 kms) por la
dificultad añadida de preparar estas pruebas in situ y la necesidad de estar
con la familia en el escaso tiempo libre que tenemos. No me veo con fuerzas ni
con ganas de afrontar un GTP corto (60 kms y estar durante las campanadas
pendiente de la inscripción) ni un MAM, por lo que iré poco a poco cogiéndole
el gusto y disfrutando de los pequeños logros.
Prometo llevar una “conducta
ejemplar”, con series y cuidando la alimentación. Nada que me haga decir “Lo
siento mucho no volverá a ocurrir”. Desde la semana que viene me pongo en modo maratón.
… Pues para pasarme por el forro
los discursitos del rey de copas me ha quedado un post muy monárquico. SI es
que me estoy haciendo mayor :D
¡¡Felices Fiestas a todos!!!