Enfilando MAPOMA

Rodaje de manual el del pasado domingo de cara a MAPOMA. Casi 17 kms a 5:26, mi ritmo estimado de maratón (3:49, tendría que apretar algo más para hacer 3:45). A 134ppm fui al 80% de mi FCMáx sin que en ningún momento notase que fuese apurado. Salí con los compañeros del Muro.

Después de unos meses de mal tiempo “se abrió un claro entre las nubes, hemos vuelto a ver el sol, como dos presos comunes en el tejao de una prisión”. Con unos quince grados a las nueve de la mañana y con el uniforme maratón me fui al punto de encuentro. Salí con una camiseta morada en el día más republicano del año. ¿Casualidad? ¿Querencia? Por una vez fue lo primero. El día, además, era como los que suelen hacer a finales de abril, es decir, sin viento ni sol y con una oscilación térmica considerable. Vamos, que fue un aperitivo de lo que nos espera en un par de semanas.

EL caso es que salimos muy lentos, a 5:45 los tres primeros kilómetros, lo que propició que apenas rompiera mi umbral aeróbico ya que iba a 122 ppm. La mayoría se habían ido a la Casa de Campo. Qué queréis que os diga… para mí ir a correr 20-25 kms a la CdC me supone levantarme media hora antes, ir hasta allá y echar otra hora más para volver. Vamos, que pierdo más tiempo en desplazamientos que en la carrera. De vez en cuando y por hacer algo diferente, sí, está  muy bien. Pero echar cuatro horas para correr dos no entra dentro de mis planes.

Este domingo no pensaba correr ni mucho ni muy intensamente. Estamos ya en plena reducción de kilómetros, el famoso tapering, y el pescado está todo vendido. Ni voy a incrementar la resistencia aeróbica ni la anaeróbica se va a mover mucho por muchas series o calidad que haga. Más bien al contrario, puedo cagarla metiéndole caña. Y es que el piramidal sigue dando por culo. No es que moleste mucho, apenas alguna molestia en carrera, pero de lo que se trata es de que se recupere para estar cuatro horas funcionando en asfalto.

Los kilómetros se sucedían con un incremento lineal en la velocidad y un control de las pulsaciones: llegando a ir a 5:15 en los kilómetros centrales del rodaje, las pulsaciones no pasaban de 140ppm (85% FCMáx). El calor iba haciendo acto de presencia: “la primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido” lo que intensificaba los olores del pinar de Conde Orgaz, la hierba de EL Capricho o el romero del carril-bici.

De vuelta a casa el ritmo era más lento no porque aflojásemos, qué va, pero es que el perfil era ascendente y nos fuimos por unos caminos de tierra con grandes toboganes que bordeaban la línea férrea a la altura de Ribera del Loira (una alternativa más recién descubierta).

Al final cierro la primera semana de tapering con cuatro salidas en las que he pasado del invierno al verano. A partir de ahora me queda dale descanso al piramidal, trotes a ritmo de maratón y una carrera en Las Tablas el domingo.. pero no mía, de los enanos.