Me gusta correr con frío. Calarme el gorro,
ponerme la braga al cuello. Camiseta térmica de manga larga. Otra capa encima
“u dos”, según el frío que haga. Ponerme los guantes finitos del decartón. Notar
cómo condensa el vaho de mi respiración o el de mi transpiración a través de
las mallas. Ver cómo sale vapor de las entrañas del averno en forma de
alcantarilla. Perder tracción, mínimamente, en las zonas sombrías por el hielo
aún no derretido y ver una incipiente capa helada sobre el lago del JC1 o el
“río” de Villarrosa. Y correr, correr tranquilo.
Lo que no me gusta tanto es el viento que de
estos últimos días, ese viento del norte que nos acompaña en las olas de frío.
Por mucho cortavientos que te pongas no hay viento que se pueda cortar, son
como las provisiones anticíclicas del Banco de España que, por lo visto, hacían
que tuviésemos “el mejor sistema financiero del menudo”, vivir para ver.
Esta semana el viento de marras me ha acompañado
en mis salidas, y, por el sentido de la carrera me empujaba cuesta abajo y me
lastraba cuesta arriba. ¿Ritmos? Sigo con los “más o menos” gracias a que el
“Servicio Técnico” de Garmin se está tomando su tiempo para enviarme otro 405.
“Más o menos” me salieron diez kilómetros como diez cortijos a 4:33 (segundo
arriba, segundo abajo) el martes y a 4:50 el miércoles.
Hoy me he ido hasta los doce kilómetros a 4:48, y
es que iba a un ritmo de 5:00 pero me he flipado los últimos cuatro, poniéndome
a 4:30, ejemplo vivo de lo que significa una media: ocho kilómetros a ritmo “normal”,
aeróbico, a 5:00 y cuatro por debajo de 4:30 hacen un ritmo “vivo” de media, a
4:48, lo mismo que esa media que dice que los españoles somos más ricos…si
incluimos a Amancio Ortega (40.000 millones de euros, 850 euros de media más
por español) o no.
Además este tiempo hace que seamos cuatro gatos
en el JC1, sobre todo en comparación con la semana pasada en la que empezaron a
verse las desempolvadas camisetas de la San Silvestre; se notan los que empiezan
a “entrenar” ésta su prueba cumbre (y única) de la temporada, que hay que
dosificarse. Además hoy viernes aún había menos personas. Si ya de por sí los
viernes a mediodía hay una caída drástica en el número de corredores
(bienaventurados aquellos que, teniendo trabajo, los viernes tienen jornada reducida
y pueden irse a casa a mediodía) con este tiempo es que ni los grajos se dejan
ver.
Pero lo mejor de todo es apretarse un cocido a la
vuelta.
¿Carreras en perspectiva? De aquí a finales de
año una o ninguna. Y en cuanto al año que viene alguna media y MAPOMA, al menos
en el primer cuatrimestre. Me apetece meterle caña en alguna media, y hay
varias.
Todavía son tan sinvergüenzas de hacernos la media y decir que somos mas ricos...en fin...yo de aquí a fin de año nada (sólo mi San Silvestre particular el 31) y el primer cuatrimestre del año que viene solamente 2, Tragamillas y Mapoma.
ResponderEliminary luego nos toman x gilipollas.. en fin, menos mal q el 2012 se pasa...
EliminarEl aire frio va picando y mucho, da mucha pereza el salir, pero la verdad una vez q te pones... hasta tienes calor, salvo cuando hay ese viento frio y gelido que te impide hasta sudar.
ResponderEliminarUn saludo!!
..pero quemas calorías q no veas...
EliminarUf!! Este viento siberiano del fin de semana ha sido matador... Lo mejor es que, como bien dices, no hay ni dios entrenando. ¡La calle es nuestra! Saludos
ResponderEliminarSí, y lo bueno q no hacía nada de aire. aunque a primera hora estuviésemos por debajo de cero a las 10:30 el sol ya calentaba...
Eliminar