viernes, 14 de octubre de 2011

¿¿Otoño??

Desde el equinoccio de otoño han pasado tres semanas, y todavía el termómetro no baja de 30ºC a mediodía. Sigue haciendo calor, mucho calor, para correr a gusto a mediodía. De “veranillo del membrillo” nada de nada; el membrillo ya está casi todo recogido, y hemos tenido días en Julio más frescos que estos.
 
Lo de correr de madrugada lo estoy intentando dejar, y es que mientras no cambien la hora a finales de mes todavía es noche cerrada cuando salgo y hasta que vuelvo a casa no empieza a clarear. El otro día estuve a punto de hostiarme precisamente por pisar mal. Debido a la falta de visibilidad pisé un bordillo y por poco me hago un esguince. De hecho tuve molestias un par de días por esa mala pisada.
 
Afortunadamente no pasó nada. Qué poco glamuroso hubiese quedado hacerme un esguince en el carril bici. En el curro, los compañeros se lesionan esquiando en los Alpes o en Baqueira (Candanchú no tiene nivel a pesar de estar en la misma cordillera, Valdesquí es “de pobres” y el Xanadú… vade retro Satanás, qué vulgar, esquiar al lado del Zara).
 
Y es que correr de noche por sitios tan poco iluminados como el JC1, con miopía y sin gafas o lentillas supone jugarse la integridad física salvo que te roben la cartera. Además, qué coño, amparados en la nocturnidad los coches se saltan los semáforos por el artículo 33 porque no te ven o no te quieren ver, que tienen más prisa que nadie, que no hay trabajo más importante que el de ellos o que ningún niño llega tarde al cole (a las 07:30) como el de ellos. Llevo sin ir con auriculares una temporadita porque con ellos sería una ameba: sin sentido de la vista ni del oído, sólo me quedan el gusto, el tacto y el olfato como medios de interpretación de la realidad (aunque, bien pensado, hay muchísima gente con estudios o políticos –disyuntiva voluntaria- que ni ven la realidad, ni oyen a la gente, ni tienen tacto, poseen un gusto pésimo y manifiestan un olfato nulo en sus quehaceres diarios).
 
Con todo, he podido salir a correr dos días esta semana, y con bastantes buenas sensaciones. Una sesión de 8 kms en el umbral anaeróbico, a 4:35 (si quito el último km serían 4:32) y otra de series, a 3:59 (eso sí, sigo con tres repeticiones). Y las dos a mediodía, con un par, con sus veintiocho-treinta graditos, que se note que uno es más cordobés que un perol en Los Villares.
 
¿Próximo reto? Otra carrera “Simpa” que “la cosa está muy malita”, la del CSIC, este domingo. A ver si llego a 43:00.
 
Para que luego diga el primo de Rajoy que el cambio climático es mentira. Eso y lo que la Botella va diciendo por ahí de la calidad del aire de Madrid hacen que Homer Simpson haga honor a su nombre (Homero) en comparación con estos perlas.

2 comentarios:

  1. Estoy contigo en que este otoño ya tiene demasiada guasa. A pesar del calor te han quedado dos buenos entrenamientos. Esos 8 kms con temperaturas realmente otoñales habrían sido de vértigo.
    Suerte en ese "simpa", que a poco fresca que se levante la mañana seguro que llegas a 43:00

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  2. eso espero, grcs. a ver si estos isquios se portan como unos campeones...

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