miércoles, 30 de marzo de 2011

Hay carreras pa tó

Siguiendo con rodajes en plan tranqui/troticochinero, el domingo intenté de nuevo correr a pulso, y bajé un par de pulsaciones, hasta las 134ppm. ¿Ritmo? El mismo que el domingo anterior, 5:16. Pese a que acorté los ritmos en las subidas (para no subir las pulsaciones de una forma innecesaria sin mejoras espectaculares de ritmos), no creo que corriese mejor que una semana anterior; simplemente que hacía un poco más de frío. Más calor implica que el corazón tenga que trabajar más para refrigerarnos, de ahí la importancia de no sobreabrigarnos y de hidratarnos de una forma adecuada. Un viento del oeste se encargaba de molestar un poco precisamente en los tramos de subida.


Por cierto, que ese día había una carrera de 10.000 metros en el JC1, que al día siguiente me enteré que era la primera edición de una tal “Corre al taller, cuida de tu coche, cuida de ti”, celebrada con el objetivo de concienciar al personal de la conveniencia de visitar frecuentemente el taller. El sector de la reparación, por lo visto, está muy mal con esto de la crisis ¿y cuál no?, y la gente prefiere estirar la visita al taller lo más posible. A lo mejor tiene algo que ver que la gente que no tiene trabajo opta trabajo por no usar el coche, o el que anda asfixiado por el recorte de salarios, inflación y subida de impuestos (pérdida de capacidad adquisitiva agregada de más de un 10%), o que la gasolina/diésel está en máximos históricos…


¿Para cuándo una carrera para que visitemos el dentista? ¿O el bingo, que con las apuestas online están muy mal? ¿o las tabaqueras? ¿O….? Al final se mercantiliza aún más una actividad que de por sí es de las pocas en las que no hay que pagar por usar (salvo las zapatillas y la ropa, pero también hay que vestirse). Estas carreras, que no suelen cumplir muchas ediciones, curiosamente están organizadas por empresas organizadoras de "eventos deportivos".


Pienso que gastarse la pasta en correr es una excusa más que justificada cuando el fin es solidario, como construir una escuela en Bolivia, un pozo en Gabón o la investigación de “enfermedades raras”, que no dejan de ser “enfermedades no rentables”, pero, claro, éste es un término políticamente incorrecto que nuestra querida industria farmacéutica sólo usa a nivel interno. En este sentido, el próximo 8 de Mayo hay una (mejor dicho, dos, porque hay dos distancias, de 5.000 y 10.000 metros) en Hortaleza a beneficio de “Menudos Corazones”, una fundación de ayuda a los niños con problemas de corazón. Os dejo el link http://www.carrerapopularhortaleza.es/

lunes, 28 de marzo de 2011

El Síndrome del Aeropuerto

En medicina, un síndrome es un cuadro clínico o conjunto sintomático que presenta alguna enfermedad con cierto significado y que por sus características posee cierta identidad.

El síndrome del aeropuerto consiste en situarse encima del carril bici, esa alfombra roja que lleva a ninguna parte, y esperar que éste comience a rodar. Todo lo más, los afectados por este síndrome se desplazan tímidamente hacia delante, en paralelo si es que coinciden con otro afectado por el síndrome como parte de la terapia. Su conducta suele ser agresiva con aquéllos que no padecen el síndrome, a la par que cordial con los que sí que lo padecen debido a la existencia de una rara enzima denominada “melapelina” que se deposita en el hipotálamo.

De hecho, la OMS está estudiando la posibilidad de asignarle el nivel 4, dentro de una escala de 6, consistente en una”Transmisión comprobada de persona a persona de un virus animal o un virus reagrupado humano-animal capaz de causar "brotes a nivel comunitario".


Para evitar el contagio, recomiendan a los ciclistas abstenerse de todo contacto, físico, verbal o sonoro con todos los afectados por el Síndrome, alejándose en la medida de lo posible de ellos.

sábado, 26 de marzo de 2011

Goretex

Cuando uno va en bici a un curro vestido de romano, tiene que ser muy cuidadoso con lo que se pone encima, sobre todo durante el invierno mesetario y cuando llueve.

Después de casi un año sin fallar un solo día (bueno, un día fallé, pero es que tenía que hacerme cuarenta kilómetros después… y volver), he de decir que la peor época para ir en bici a currar es el verano. Por muy lento que vayas, terminas sudando aunque sean las ocho de la mañana.

Me ha terminado gustando el invierno para ir en bici. El frío mañanero despeja como nada, relaja, tonifica la cara… por la tarde te quita el embotamiento de las ocho horas de pantallas y de silla. El paseo de media hora en bici a mediodía por un JC1 vacío no tiene precio.

En invierno, con un Goretex, unos pantalones de lluvia y unos buenos guantes no he pasado frío..apenas. La primera guantada de aire fresco puede que esté fría, pero a nada que la máquina se pone a funcionar de frío nada. Bueno, lo que sí he notado es que los ojos se me ponen algo llorosos por debajo de cero grados, pero sólo al principio. Además, y para la lluvia, es cojonudo, porque no cala y se limpia de puta madre con una toallita.

Mi trayecto habitual en bici no llega a diez minutos. El miércoles, sin embargo, me cayó una chupa de agua tremenda, aunque previsible. Al llegar y quitarme el pantalón y el chaquetón el traje estaba perfecto, pero el abrigo… parecía que me había pegado tres asaltos de una pelea en barro… debí pisar algún que otro charco en el parque y voila.

Los compañeros se asustaron y se autoafirmaban “si es que mira que eres valiente, venir en bici con el tiempo que hace…” valiente fue Hernán Cortés, coño, quemando sus naves para no tener la tentación de volver a Cuba. Pero bueno, también lo dicen cuando hace frío, o calor…

viernes, 25 de marzo de 2011

Tocando los cables, tocando los huevos

No sé qué puede mover a cierta gente a tocarle los cables a bicis ajenas. O los cambios, o el manillar o el enganche de alguna de las ruedas. ¿Estarán aburridos?

En alguna ocasión me he encontrado la bici con el cambio tocado; a pesar de tener por ejemplo el plato medio y un piñón pequeño, algún hijoputa decide que voy mejor con el plato pequeño y un piñón grande (por ejemplo). Afortunadamente, lo peor que me puede pasar es que se me salga la cadena y me tenga que ensuciar las manitas metiéndola (;)), pero puede ser peor, ya que les puede dar por aflojar el enganche de la rueda delantera (que es realmente fácil) o desenganchar el cable de freno del puente metálico que lo tensa o, en un acto ya plenamente vandálico, cortar el cable del freno.

Si la gente que hace esto está aburrida ¿no podrían coger dos piedras y machacársela? Todos ganaríamos, nosotros porque no tenemos que perder tiempo en colocar la cadena o comprar la pieza jodida y ellos porque no se aburrirían con el dolor de huevos.

jueves, 24 de marzo de 2011

Rodando a 136...ppm

El domingo pasado fue uno de esos días de primavera en los que no había razón para quedarse en casa, salvo imponderables. Tanto para hacer deporte, pasear, jugar con los críos o tomarse una cerveza (“u dos”) o todo a la vez, cualquier razón era buena para salir. Desde las nueve de la mañana, con sus esplendorosos siete grados a la sombra y el sol luciendo en todo lo alto, hasta las siete y pico de la tarde con sus no menos agradables diecisiete grados.

Por la mañana tenía ganas de probar cómo se iba a un ritmo más cómodo. Esta vez me marqué como “objetivo” no pasar de 135ppm, adaptando el ritmo de carrera al cardiaco. A priori estimé que debería andar por 5:20, y no me alejé mucho, pues me salieron 136ppm a 5:16.

¿Para qué correr más lento si se puede ir cómodamente a un ritmo algo más rápido? En mi caso para proyectar cómo sería correr un eventual maratón con garantías de terminar con un tiempo decente sin petar en el camino.

A partir de determinado nivel de pulsaciones se cruza el umbral anaeróbico, y se empieza a generar ácido láctico, el cual se acumula en músculos y articulaciones y no se elimina durante la carrera. La saturación de ácido láctico hace que uno se dé de bruces con el temido “muro” del km30 si estás corriendo o que coja la temida “pájara” si hace ciclismo.

Para evitar que aparezca (más bien para retrasarlo, ya que el nivel de pulsaciones sigue una tendencia creciente a medida que avanza la carrera), en el entrenamiento hay que trabajar el umbral aeróbico (correr al trantrán de forma sostenida durante una hora/hora y cuarto) y, dicen, complementarlo en carrera con la ingesta de geles de hidratos (azúcar) para rellenar el glucógeno perdido, de ahí que te proporcionen bebidas isotónicas cada cinco kilómetros. En cuanto al umbral anaeróbico, se entrena yendo al ritmo anaeróbico de forma sostenida con objeto de incrementar la resistencia al lactato y, con ello, tener un mayor margen.

Da la casualidad que el tiempo del que dispongo entre semana no va más allá de lo aconsejado para los ritmos anaeróbicos (45 minutos, diez kilómetros). El fin de semana lo dedico al aeróbico, 15 kilómetros. A esto se le llama hacer de la necesidad virtud.

lunes, 21 de marzo de 2011

56 RAZONES PARA IR EN BICI

Como muchos de vosotros sabéis, desde hace un tiempo uso la bici para los desplazamientos más cortos y recurrentes, como ir a trabajar, comprar o pequeños recados. Hoy me voy a centrar en algunas de las razones (o excusas, según la opinión que tengáis sobre la bici o los ciclistas) por las que se puede ir en bici. Se trata de una lista abierta, opinable, por lo que os pediría que si encontráis alguna más me lo lo indiquéis, que la incluiré con sumo gusto y modificaré también el título.


El propósito no es más que el de despertar la curiosidad y, por ende, la atracción hacia la bici. Una bici más en la calle puede significar un coche menos contaminando.

Las he agrupado por tipo de "ventaja", para que sean más homogéneas: económicas, de tiempo y sociales/salud.

Espero que sean de utilidad.


ECONÓMICAS

1.- Porque la subida del petróleo no tiene efecto en tu bolsillo.

2.- Porque no pagas impuesto de circulación.

3.- Porque una bici buena cuesta lo mismo que un seguro a todo riesgo con franquicia de 300 pavos (600 euros).

4.- Porque una bici buena cuesta lo mismo que un abono transporte (en Madrid, 571,2 euros al año el más barato).

5.- Porque una bici normalita cuesta lo mismo que una revisión anual del coche (200-300 euros).

6.- Porque la subida de las materias primas (acero, níquel, etc) tiene más efecto en una tonelada que pesa un coche que en los quince kilos que pesa una bici.

7.- Porque las reparaciones son mucho más baratas, y en muchos casos te las puedes hacer tú mismo.

8.- Porque te puedes ahorrar el gimnasio.

9.- Porque un lavado es gratis.

10.- Porque la zona azul no va contigo o pagar por aparcar en cualquier sitio tampoco.

11.- Porque la ITV no va contigo.

12.- Porque no te quitan puntos del carnet.

13.- Porque no te clavan por enseñarte, ni por examinarte, ni por renovar ningún carnet.

14.- Porque no hacen falta costosísimas infraestructuras “Blade Runner” que se colapsan desde su puesta en funcionamiento.

15.- Porque no te van a multar por exceso de velocidad, aparcar en doble fila, carga y descarga…

16.- Porque hacerte ciclista te cuesta muy poco, o nada si te regalan la bici o te la compras de segunda mano.

17.- Porque si la cagas comprándote una bici, siempre la puedes vender perdiendo poco dinero y comprarte otra.

18.- Porque si te la roban, a pesar de todas las medidas de seguridad, comprarte otra no te va destrozar significativamente el bolsillo.

19.- Porque un pinchazo no implica cambiar la rueda entera. Basta con cambiar la cámara (tres euros) o ponerle un parche.

20.- Porque el aire acondicionado no se rompe. Ni la elevaluna. Ni el cargador de 6CDs. Ni los faros de Xenón. Ni el asistente de aparcamiento. Ni….


TIEMPO

21.- Porque aparcas en la puta puerta de todos los sitios.

22.- Porque no hay atascos; siempre puedes bajarte e ir por la acera o macarrear sin bajarte.

23.- Porque en distancias cortas es imbatible. A un ritmo normal haces 5-6 kms en veinte minutos. ¿Cuánto tardas en hacer esa distancia por el centro de Madrid en coche?

24.- Porque puedes pasar por los parques para llegar a tu destino.

25.- Porque el mantenimiento y las reparaciones te las haces tú solito (o con algún colega) en poco tiempo en tu casa, sin tener que pedir cita en ningún taller de ningún polígono.

26.- Porque no pierdes la mañana del domingo esperando turno en una gasolinera para lavarla.

27.- Porque aprovechas un tiempo “inútil” en coche para hacer deporte.

28.- Porque con una mochila y comprando cerca de casa no tienes porqué ir a una gran superficie a hacer las compras del día a día.

29.- Porque haciendo turismo en bici puedes ver más cosas.

30.- Porque nunca llegas tarde… si no quieres.

31.- Porque en bici no hay transbordos, ni atascos.

32.- Porque siempre abre, y nunca hace huelga. Sólo tú decides cuándo salir, y cuándo hacer huelga.

33.- Porque no tienes que esperar a que venga la grúa. Si llevas lo básico cualquier avería la puedes solucionar tú mismo. Y a correr.

DEPORTIVAS

34.- Porque puedes ir con tu familia a más parques que al de al lado de casa sin tener que coger coche, haciendo deporte de paso.

35.- Porque haces deporte sin darte cuenta. Un deporte que te proporciona una base aeróbica complementaria muy buena como complemento de otros deportes como el running, ya que las rodillas no se ven sometidas a una carga tan dura.

36.- Porque te descarga la espalda. Si llevas una vida sedentaria o tienes un trabajo de oficina sabrás de lo que te hablo y lo beneficioso de tener una espalda descargada.

37.-Porque es divertido. Al hacer ejercicio físico se generan endorfinas (la hormona de la felicidad), y llegas de mejor humor a todos los sitios. En coche, por el contrario, se genera adrenalina, y llegas encabronado con los atascos.

38.- Porque te proporciona buenos recuerdos. ¿Conocéis a alguien que lo pasara mal con la bici? El dolor de las caídas se pasa, las heridas se curan, pero los recuerdos quedan, sólo hay que cerrar los ojos y a veces ni eso.

39.- Porque hacer deporte fortalece el sistema inmunológico, haciendo que las infecciones sean más benignas y duren menos.

40.- Porque se te pone el culito respingón y las piernas duras (trabajas sobre todo el glúteo, y en menor medida, cuádriceps y bíceps femoral).

41.- Mientras pedaleas haces deporte y, por tanto, mejora tu calidad de vida. Cuando vas en coche, echando mierda al aire, acortas tu vida, las de tus hijos, la de tu pareja, las de tus colegas, las de tus padres... por una vez es bueno ser egoísta.

SOCIALES

42.- Porque se trata de un movimiento transversal, al que se puede apuntar cualquiera.

43.- Porque es sostenible, cero emisiones de CO2 frente a las del coche. Un desplazamiento diario de ida y vuelta de 6 kms en un coche medio supone que echas 832 kilos de mierda al aire, mierda que tú y los que te importan vuelven a respirar. Si lo que tienes es un todoterreno o vas más lejos tu “huella ecológica” se mueve en la misma dirección (ver http://www.terra.org/calc/)

44.- Los del MIT, que de gilipollas tienen poco, han calculado que el impacto total en consumo de energía durante toda la vida útil es 20 veces superior en el caso de coche frente a bici (ver http://www.pietzo.com/storage/downloads/Pietzo_LCAwhitepaper.pdf)


45.- Porque cualquiera puede ir en bici, independientemente de la edad o de la bici.

46.- Porque puedes llevarla en el transporte público si las condiciones lo requieren, aunque con restricciones.

47.- Porque en países con peor tiempo (Alemania, Holanda) o con cuestas de verdad (Suiza) su uso está más extendido.

48.- Porque gran parte del encanto de una ciudad como Ámsterdam es la cantidad de bicis en circulación y aparcadas.

49.- Porque no hace ruido.

50.- Porque el timbre sorprende y puede ser divertido, mientras que el claxon molesta.

51.- Porque transmites a la sociedad en general y a tus hijos en particular una idea de sostenibilidad.

52.- Porque es elegante y te hace visible. La posición natural en una bici de paseo es erguida; con un pedaleo regular y a un ritmo tranquilo, la posición del/la ciclista se torna (más) atractiva.

53.- Una bici antigua tiene glamour, es “vintage”. Una bici buena es fardona. Una bici cutre es bohemia… pero al final la que más se mueve es aquélla con más pedaladas.

54.- ¿Conoces la sensación del “aire en la cara”? ¿Sabes lo rápido que te desencabronas después del trabajo cuando te da de vuelta a casa? ¿Cuánto te cuesta desencabronarte en tu coche con climatizador y Federico en la onda?

55.- Porque sientes cómo cambia el tiempo: los olores de la primavera, los frescos amaneceres del verano, el aire del otoño o las heladas del invierno.

56.- ¿Por qué no?

miércoles, 16 de marzo de 2011

Como un toro


El desecrebrado de Jesulín siempre encontraba una similitud entre los toros y cualquier cosa (o más bien al revés, que todo se parecía a un toro).

No obstante, el símil más común que todos solemos utilizar es el de encontrarse muy fuerte cuando uno se encuentra como un toro, y es así como me encontré en mi rodaje dominical.

Con una mañana fresquita, tres grados en el JC1, y con el recuerdo de la nevada que no cuajó en Madrid capital el viernes anterior, me fui a paso de legionario para allá.

Los ritmos, tranquilos al principio, fueron “in crescendo”: de un ritmo medio de 5:05 los tres primeros kilómetros (con un perfil prácticamente descendente), pasé a otro de 4:55 los tres siguientes (Mortirolo incluido), 4:50 del 7 al 9 y 4:53 del 10 al 12 y 4:55 los tres últimos. Vamos, un rodaje de manual en cuanto a la progresión, pero mejor de lo esperado. Quince kilómetros en poco menos de hora y cuarto, tiempo máximo de utilidad de un rodaje y a partir del cual no te aporta nada el extenderte más allá salvo que estés preparando un maratón y te encuentres en las semanas finales.

Los dos rodajes anteriores los hice a 5:12 y a 5:17 con unas ppm similares, lo que da una medida de la calidad del rodaje. Es cierto que el domingo pasado hizo algo de aire, y que el anterior estaba saliendo de una lesión, pero 20 segundos para un nivel de esfuerzo similar no lo explica todo.

Y por la tarde, doblete. Pero esta vez con balón.

lunes, 14 de marzo de 2011

Me estiro menos que el portero de un futbolín

Uno no sabe lo mal (o bien) que está hasta que la cruda e inmisericorde realidad te da un guantazo en la cara.

Esta semana he tenido fisio, por primera vez. Dados mis recientes problemas en los isquios, se centró en estos nuestros queridos amigos. Menuda paliza me dio el cabrón.

Para empezar, y recurriendo al chiste fácil, me hizo tumbarme en una camilla con la única compañía de los gayumbos mientras él se echaba una especie de aceite/lubricante en las manos… mal empezamos si te tumban y empiezan a frotarse las manos.

Después de varias presiones, descompresiones, estiramientos, aberturas de piernas (sí, hijo, sí), codazos y tareas varias, terminó su tarea en poco más de veinte minutos. Uno, destrozado como si lo hubiese atropellado un Land Rover, pero con la inmediata sensación de haber alcanzado el karma a mediodía.

Mientras me estiraba los músculos, el pollo se dio cuenta en poco tiempo que tenía los músculos muy contraídos, de lo que dedujo que no estiro bien, o, mejor dicho, que estiro poco, lo cual hace que los los músculos se encuentren algo rígidos pudiendo ocasionar lesiones en el futuro, y no sólo en los músculos ligados directamente con el ejercicio (isquios, cuádriceps, gemelos, sóleos…) sino que pueden afectar a otros anexos a ellos como por ejemplo lumbares o ciática.

Dentro de todo runner hay un soberbio más o menos desarrollado que reduce al máximo los estiramientos (sobre todo al final) para ganar algo de ejercicio con la errónea convicción de que las lesiones no van con uno, lo cual viene sin duda motivado en gran medida por el hecho de que no se suele disponer de todo el tiempo necesario para el ejercicio. En mi caso, al correr a mediodía durante la jornada laboral el tiempo es escaso, no más de dos horas, tiempo en el que hay que cambiarse, correr, ducharse, comer y vuelta al curro… demasiado poco tiempo como para no intentar arañar cinco minutos más de carrera. Al fin y al cabo, lo que nos gusta es correr, no estirar.

A partir de ahora estiraré más (de verdad de la buena). El calentamiento no supone ningún problema, ya que entre que voy y el pulsómetro se engancha al GPS, caliento de sobra. Tal y como estaba corriendo ahora, diez kilómetros por sesión entre semana, con hacer sólo nueve no voy a dar ningún paso atrás. Paso atrás que sí daría con alguna rotura fibrilar. Quién sabe si el pinchazo del isquio del mes pasado fue un aviso.

jueves, 10 de marzo de 2011

Quinta Los Molinos

Cuando se corre por los mismos sitios a diario, si se es un poco observador, uno es capaz de darse cuenta de cómo pasa el tiempo. Que si las hojas de los algarrobos se están poniendo amarillas, marrones, se han caído, han brotado; que si la helada de anoche aún no se ha ido, que si las aceitunas están verdes todavía o el romero ha florecido y huele de qué manera…

Ahora mismo tanto los cerezos como los almendros están floreciendo, y desprenden un olor muy intenso y agradable. Si no eres usuario habitual de parques o, simplemente, no te gustan estos tipos de olores, te la sudará que florezcan ahora éstos u otros árboles. Si, por el contrario, estás interesado, hasta este fin de semana o el que viene (no más) puedes visitar la Quinta de Los Molinos, en la calle de Alcalá, a la altura del metro de Suanzes. Es uno de esos otros parques de Madrid que son menos conocidos y que de no ser por los almendros lo sería aún menos, pero sorprende mucho cuando lo visitas por su tamaño, ubicación (en medio de carreteras, avenidas, polígonos…) y frondosidad (al fin y al cabo, su origen se halla a principios del S. XX, creo, con lo que los árboles tienen un tamaño considerable). Para muestra una foto.








A que mola ¿no? Eso sí, hay que ir tempranito. No es que haya mucho aparcamiento, pero estando a las 11:00-11:30 es suficiente.

En el JC1 han plantado hace uno ó dos años bastantes cerezos de esos ornamentales que no dan cerezas, pero flores tienen para aburrir, y con el calorcito y lluvias de estos días el olor es intensísimo. Correr en días como hoy es aún más agradable, salvo que tengas alergia. Yo, al menos, disfruto muchísimo. Y no sólo correr; estos días se ven bastantes oficinistas qe aprovechan su tiempo de comida para pasear (andando o en bici, que son gratis una hora) o leer.
Qué pena que, para variar, este fin de semana vaya a hacer malo. A este paso a los enanos se les olvida montar en bici.
Nos vemos en el parque.

lunes, 7 de marzo de 2011

La Mala Educación

Pudo pasar el mismo día; a efectos literarios la libertad es absoluta, y los hechos pueden fusionarse o segregarse a gusto del escritor hasta el límite que le marque la cómplice credulidad del lector. Pero no, pasó en días distintos. En mis solitarias carreras paso muchas veces al lado de varios campos de fútbol, alguna cancha de tenis y por el costado de un oseacampo de golf que se supone que es público, pero que en la práctica es privado por ser privada su explotación y tener unas absurdas normas de etiqueta de acceso.

En más de una ocasión, cosas del juego, la pelota se sale del campo, y, para no tener que dar la vuelta, se le pide a un recogepelotas involuntario que la devuelva.

No importa a quiénes se le escape, que si veteranos, que si noveles, Yosuas o Kevines de Jesús, todos, absolutamente todos, te piden por favor que le eches un balón de fútbol que se ha ido a 50 ó 100 metros de donde tú estás. Algunos incluso te hablan de usted (eso sí que jode), pero, qué coño te van a decir, si tienes veinte años más que ellos. Me desvío un poco, agarro el balón y se lo devuelvo; tampoco estoy en la última curva de la final de 1.500 metros como para pasar de ello. Hoy por ti y mañana por mí, que los enanos ya patean fuerte el balón.

El otro día, corriendo por el JC1, iba pegado a la valla que delimita el parque de uso público del campo de golf "público" de uso privado (Golf El Olivar) cuando a unos metros de mí vi como volaba una bola. Un gilipollas con pantalón de cuadros como su puta madre de feos me gritó “¡¡eh, tú, la bola!”. “¡Eh, tú la bola!”. Pagas 30 euros por estar dos horitas dándole a unas bolas con unos palitos que te han costado mil pavos y te diriges a alguien con un “¡Eh, tú la bola!”. A alguien que pasa por ahí, al otro lado de la valla. “¡Eh, tú la bola!”. Menuda educación. A cualquier gilipollas le pones un palito de golf en la mano y un caddy que le lleve la mochila y le sale la vena cortijera.

¿Qué pensáis que hice? Dos opciones:

1.- Respondí “A la orden de vuecencia, mi general”, y salí corriendo los 500 metros que había volado la puta bola. Es lo que tiene tirar con efecto para dejar la bolita al lado del hoyo, que se te desvía un poco.

2.- Respondí “¡Cógela tú con los huevos!”, y seguí corriendo.

Una vez más se pone de manifiesto que dinero y educación no tienen porque ir unidos. Si acaso, el dinero puede comprar una buena escolarización, pero la educación se enseña en casa (o no), y es gratis. Como correr. Para todo lo demás, Mastercard.

jueves, 3 de marzo de 2011

Vivir sin aire

Cuando corro, lo que más me jode es el viento. Ni la lluvia (me pongo una gorra y un cortavientos), ni el frío (con ropa térmica, guantes y braga es suficiente), ni el calor (basta con madrugar) me echan para atrás. Sí, ya sé que uno no corre cuando hace viento, sino al contrario, pero un día de viento te puede joder el día.

Hay veces que no eres consciente de la magnitud de la velocidad del viento hasta que no te das media vuelta y lo tienes de cara; cuando esto sucede, qué casualidad, además vas cuesta arriba. La sensación que tienes es la de ir asfixiado como un perro, de no poder más, y, encima, ir lento de cojones, como si hubieses metido la reductora pero sin ir cómodo. Esos días, piensas mientras corres, “para la mierda que estoy haciendo y cómo lo estoy pasando mejor me hubiese quedado en casa”.

El viento, además, es caprichoso; lo mismo desaparece como te arrea un hachazo en el lomo cuando pasas por una esquina.

Después de unos días de primavera, la penúltima recaída del invierno ha traído un relativamente fuerte y persistente viento del noreste muy incómodo. Desde el domingo que estamos así, y por lo visto nos quedan unos días más.

En fin, como lo que no te mata te hace más fuerte, hay que verlo por el lado positivo, y tomárselo como un ejercicio de fuerza (realmente lo es, joder, que al fin y al cabo hay que vencer una fuerza en sentido contrario y velocidad constante… ejercicio de vectores deSegundo de BUP al canto, para uqe luego digan los de la LOGSE que la Física no sirve... no sirve si no corres :D!).

Tanto el domingo como el martes disfruté del viento serrano, y ayer en menor medida. El domingo me pilló de pardillo; pensaba que iba a hacer malo pero a partir de la tarde y lo cierto es que al principio no hacía apenas viento, pero cuando estaba llegando al JC1 el puto Eolo de los cojones empezó con la gracia, y, amigo, me pilló con el culo al aire. El martes al menos sabía lo que había, y ni siquiera amagué con ir al JC1, sino que me quedé en Silvano y Villarrosa (por cierto, me ha salido una media cojonuda, de 4:34…si no llega a hacer viento bajo de 4:30 seguro). Ayer, con menos viento, sí que me fui al JC1, pero dando la Vuelta Mariconetti que tanto gusta a mis compañeros que gustan de decir que dan "una vuelta al JC1". Trampas al solitario.