lunes, 27 de abril de 2015

Nunca iré de tranqui con un ultrarunner (100 veces y con buena letra)

Juro que el jueves pasado quería ir de tranqui a correr por Valdebebas. Lo juro por mis Mizuno Wave Rider. Pero me encontré con un compañero ultrarunner (o, más bien, un ultrarunner que a la vez es compañero). Al ver que íbamos a ir hacia Valdebebas “en plan tranqui” decidimos ir juntos. Poniéndome la venda antes de que saliera la herida dije “quiero ir a 5:00”. ¿Os suena? ¿Podéis predecir el desenlace?

El plan tranqui empezó con un primer kilómetro a 4:40, a pelo, con semáforo de por medio y con la subida de un puente sobre la A1. Como la cabra tira al monte (menuda metáfora), ¿para qué ir por los caminos planos con lo aburridos que son? Nada, vamos a hacer el circuito de bicis de montaña. Se trata de un circuito de unos siete kilómetros de perímetro con una pendiente media del 3,5%. Salvo uno que nos salió a 4;57 el resto por debajo de 4:40... que dice mucho de mi compi porque se tenía que poner a dar vueltas al final de cada cuesta para esperarme. Casi como mi hijo pequeño que cuando salimos al campo hace el doble de distancia que nosotros porque va de un lado para otro, rota sobre si mismo, vuelve hacia atrás en trayectoria de traslación, coge una piedra… Un circuito muy disfrutón porque en ningún momento hay descanso porque o subes o bajas. Quince kilómetros al final a 4:39. Eso sí, en plan tranqui. Tan tranqui como esas salidas adolescentes de “una y nos volvemos” y volver a las tantas… a por la guitarra.

Qué grande eres Julio y cuánta razón tienes


Fallos de principiante aparte, me meto en plena fase de tapering inducido. Una tirada larga de 26 y otra de 28 kms van a ser las más “exigentes” en cuanto a distancia que me he marcado de cara al Trail Madrid. Eso sí, estas salidas han sido “rápidas” (4:55 y 4:57) para lo que tendría que ser un ritmo de maratón. Pocas salidas a la montaña (en realidad sólo una en la carrera de Abantos que sí que fue dura) y muchas cuestas por Valdelatas y Valdebebas que tienen un perfil muy parecido al trail (salvo los tramos más duros y técnicos).

Y gimnasio, que este año me lo he tomado en serio. De media dos días a la semana en los que uno de ellos ha sido Body Balance (casualmente en miércoles, justo en medio para descansar). El otro o GAP o Body Pump. Core y musculación.

No he notado cansancio muscular habiendo hecho los mismos kilómetros que otros años y las lesiones me han respetado. El cansancio, creo, es más mental que muscular. Muchos madrugones, muchos entrenos, muchos recorridos… al final desgasta mucho y terminamos por ver “Semana 10/11/12…” . Puede que se “pierda” un día de carrera pero se gana en calidad. Eso sí, las series sigo sin meterlas y siempre por la excusa más peregrina.


Para el próximo maratón, sin duda, me quedaré con esta rutina en la que he corrido menos días pero con trabajo de gimnasio. A ver qué tal, porque la única forma de aprender a correr maratones es correr maratones.

viernes, 10 de abril de 2015

Fino Filipino

En esto del correr hay momentos en los que inexplicablemente te encuentras “ligero como una moto potente como un camión” como diría Rayo MacQueen, al menos en mi nivel, porque los que sois más “pro” seguro que podéis plantear los entrenos en base a unos objetivos muy concretos para llegar en uno de esos picos de forma.

Ahora me encuentro en uno de esos picos porque me están saliendo unos entrenos muy serios dentro de la anarquía sistemática en la que me hallo. El lunes, 8 kms a 4:28 (había que prolongar la euforia de Gredos antes de entrar a currar) y Body Pump a mediodía. EL martes, aún en plan exploratorio por Valdebebas, me encontré con un compañero en la misma fase y entre requiebros, cruces, caminos, comentarios sobre las vacaciones me apreté 12 kms a 4:35. Menos mal que salí en plan tranqui (los cojones) porque la cuesta de enero es mecánica al lado de las de Valdebebas. Pero bueno, sarna con gusto no pica y cuando corres con alguien a ver quién es el guapo que afloja. Y, qué coño, las vistas de toda la Sierra de Madrid hacen que te vengas arriba.

Para los que os guste “cabrear” (de andar como las cabras, nada del verbo reflexivo –cabrearse- ni del porculativo –encabronar) deciros que este parque es la Potencia Definitiva del Universo. Hay un circuito de bicis de montaña que bordea el parque con unas cuestas más serias que una hipoteca. Tiene forma de trébol con más hojas que una lechuga que es un no parar. Vamos, que cuando llegué a la mitad lo mandé a tomar por culo y me fui por uno de esos senderos compatibles con la vida con un cómodo 2-3% de desnivel. Ah, también tiene unas lomas “off-road” de ésas de poner a prueba las zapas de trail sobre todo en épocas más secas que ésta que da pena pisar la hierba. Quizás esté eufórico por la novedad, pero de momento el parque éste da más juego que una real con sota de oros.

Miércoles, ese día reservado para un Body Balance al que le estoy cogiendo gusto y que me aporta el momento zen de la semana. En la última coreo tiene además un peso muy fuerte el yoga que es lo que más me gusto de este híbrido. 
La cobra.. abdominales inferiores, lumbares... para después de correr

A ver quién dice que el yoga es de nenas...


Jueves… lluvia desde las nueve de la mañana. ¿Salgo no salgo? Espero una hora y no llegó a abrirse un claro entre las nubes para ver el sol pero casi… a las 14:30 a pesar de los elementos salgo y para Valdebebas. No llevo la banda del pulsómetro (ni el lunes ni el martes…) por lo que correo por sensaciones. Entre las nubes (bajas presiones), un viento del este (que me empujaba sobre todo en las cuestas arriba y el correr por sensaciones me marqué 15 kms a ¡¡4:33!! Para no tenerlo claro me salió un marcón, ¡¡esto si que es terminar en el túnel de lavado con las finlandesas ésas del monólogo!! No corro una distancia similar tan rápido desde finales de febrero y previamente desde principios de diciembre… vamos, lo que vienen a ser ciclos.

Todo un clásico...


Pero a lo mejor también tiene que ver el hecho que el modo maratón me ha llevado a mis 77 kilos del previo maratón. Cuatro kilitos, cuatro, desde navidades (bien es cierto que el previo eran 79) y un agujero más del cinturón. Y lo mejor de todo sin ningún tipo de vergüenza ni recato con la comida. Eso tiene como daño colateral que los pantalones del traje andan un poco flojos y que muy probablemente desemboque en una paulatina renovación del armario. Pero bueno, éste es uno de esos problemas del primer mundo.

miércoles, 1 de abril de 2015

Apertura Parque Forestal de Valdebebas

Después de ocho años de retraso, y cinco días antes del límite legal para inaugurar con fanfarrias electorales, se anunció a bombo y platillo que iban a abrir el parque de Felipe VI. “¡¡Mierda!!” pensé, nos quedamos sin el de Valdebebas otros cuatro años. Pero no, después de años, pasta gastada en folletos, cartelería, cuñas radiofónicas y en mil historias se decide por el artículo 33 ponerle el nombre del susodicho a un parque en cuyos carteles que lo rodean ponen claramente todavía “Parque Forestal de Valdebebas”.

A ver, no tengo nada en contra de la monarquía (y mucho menos a favor). Vamos, que me la suda que unos niñatos jueguen en ponerse (ciegos de) coronitas, otras niñatas jueguen a ser princesas y miles de pequeños nicolases genuflexionen hasta lo vomitivo. Que vivan del cuento toda su puta vida como tantos otros vivan del cuento es lo normal entre la casta (uy, este post me va a salir un poco morado, que no lila).

Pero si le quieres poner el nombre de un niñato a un parque por lo menos que se gane el puesto, coño, que todavía está en periodo de pruebas y con la última reforma laboral lo pueden botar sin indemnización ni razón. Bien mirado lo de Felipe VI es una metáfora de la sociedad actual: currando de becario sin contrato hasta los cuarenta y tantos, viviendo con la mujer y dos niñas en casa de los padres por no poder emanciparse y pagándose los gastos con la pensión del abuelo junto con sus hermanas. Una de ellas está separada de un farlopero que se quedó medio gilipollas por una dosis en mal estado y la otra que en breve tendrá que ir a Alcalá-Meco porque van a entrullar a su chorbo por robar calcetines en el Mercadona.

Sabiendo que no me iban a electrocutar por pasar sólo un poco al parque, me fui el jueves (repetí ayer)  a hacer mi particular inauguración y os cuento mis impresiones.

Es un parque muy grande (dicen que cuatro veces más que el Retiro), con muchos senderos, MUCHOS DESNIVELES, muy campestre (hay zorros, liebres, perdices, etc) y unas vistas de la sierra impresionantes, desde Guadarrama a la Cabrera sin ningún edificio que te tape la vista. Hay que tener en cuenta que está como a 750 metros de altitud, el punto más alto de Madrid salvo El Pardo, por lo que estando todo despejado (como está) la mirada abarca mucho sobre todo en un día despejado. Hay varias zonas infantiles (la mayoría cerca de las salidas), pocas fuentes de agua potable (están trabajando en ello), un río (Valdebebas) con una especie de pantano en la parte residencial más pegadaal Encinar  y, se supone, que está dividido por zonas temáticas (Mediterránea, la Alcarria, etc). No hay ninguna sombra y no creo que la haya en mucho tiempo (sólo hay algún que otro pino). Huele mucho a lavanda, cantueso, romero… campo, campo, vamos. El caso es que disfruté mucho.

He ido dos veces y todavía me queda mucho por investigar porque me como alguna que otra cuesta arriba que Dios tiembla (las peores, creo, las perimetrales). Pero bueno, como tiene una forma más o menos cuadrangular y teniendo como referencia el sol, la Ciudad Deportiva y la de la Justicia perderse es difícil con lo que en 4 ó 5 veces me conoceré todos los senderos.

De momento estoy con la euforia inaugural y he dejado de ir a Valdelatas aunque volveré, sin dudas. Menudo problema del Primer Mundo éste en el que hay que elegir entre ir a un parque u otro para correr.

En cuanto a entrenos… he decidido dejar de hacer cuestas porque me aburro. Entre Valdelatas y Valdebebas yendo por toda la orilla creo que hago las cuestas suficientes. Y si no, siempre están las sentadillas en el gimnasio. Creo que salvo para aprender a sufrir cuesta arriba es absurdo subirse mucho a la cinta porque el descenso no se trabaja. Prefiero más fortalecer el cuádriceps y los tensores que fueron los músculos más perjudicados después de mi carrera por El Escorial.


Más rutinas nuevas que haya metido en mi actividad… el estiramiento. He dejado de hacer estiramientos clásicos de corredor y me he pasado al Yoga/Pilates que es mucho más efectivo al menos en mi caso. Posturas del guerrero (tensor, isquios, cuádriceps)), saludos al sol (psoas, isquios), la cobra (glúteo, lumbar), mesa (glúteo, piramidal), tablas y oblicuos (abdominales)… las he incorporado a mi rutina. Suena mucho a rollito zen y queda un poco como darcera-pulir cera (imaginaos en zona de oficinas) pero estoy seguro que más de una se apuntaría porque el yoga o el Pilates no son “de hombres”.De momento no he conseguido convencer a mi "coach" y es que no la veo con los tacones haciendo el escorpión.

Os dejo unas imágenes de yoga. Yo no tengo ni de lejos la misma belleza ejecutiva ni estética salvo que os guste lo gore pero estamos en ello...

 El escorpión... abdominales más duros que los de Lobezno

La Mesa para glúteo y piramidal

Saludo al sol.. psoas

El guerrero