jueves, 8 de octubre de 2015

Visualizando 2016

¿Qué es lo que pasa cuando, por los motivos que sean, vas en Metro al Retiro y te bajas en la parada de Ibiza?

Para la mayoría de la gente nada. Todo lo más el GPS  le avisa “ha llegado a su destino”.

Para los que no sois de Madrid… es una de las paradas de Metro más cercana (probablemente la más utilizada).

Para los que vivimos en el “extraditario” y tenemos la suerte de trabajar en las afueras, ir al centro se convierte en un acontecimiento que se produce cuando hay alguna carrera o fiesta de guardar.


Metro Ibiza... al fondo Menéndez Pelayo y los castaños amarilleando en el Retiro


El estanque del Retiro en pleno atardecer en Otoño... un lujo

En un par de semanas hemos ido dos veces y, claro, con la espectacularidad de los colores y atardeceres del otoño uno visualiza… y piensa MA RA TÓN mientras se toma por tercera semana consecutiva el último helado de la temporada (acontecimiento tan catastrófico como el último baño en el mar o la última copa).

Sí, el año que viene correré al menos un maratón más. Seguro el de Madrid y quién sabe si otros más limitados por la logística, el presupuesto y la generosidad de algún mecenas que me estoy camelando y que me está costando algún que otro postre...

Y algún trail de esos disfrutones o de esos autoflagelables en los que lo importante es aprender la técnica de bajada.

Este año me he planificado mal y no he corrido el de Madrid porque había un trail que me apetecía correr dos semanas más tarde… cuando trails de 40 kms hay muchos cerca de Madrid. Error de cálculo.

Alguno se solapará. No haré ninguna preparación modélica. No me apetece empezar el dos de enero “hoy me tocan series” (nunca lo he hecho), “hoy progresivos”, “hoy tirada larga” ni nada que se le parezca a una planificación. Tan sólo, inamovible por organización, la tirada larga del domingo. Y Yoga/Pilates los miércoles. Lo demás… salidas rápidas/explosivas de 8-10 kms mezcladas con otras más disfrutonas entre 12-15 kms por Valdebebas o Valdelatas.

Ah, y algo de gimnasio. Si de algo me he dado cuenta este año es de las bondades del entrenamiento cruzado. “Menos es más” y las clases dirigidas, si se saben aprovechar, compensan la sobreexposición de la musculatura a la carrera.


Y la bici… no pensaba que los 45 minutos diarios del desplazamiento al curro fuesen tan buenos hasta que no empecé a correr algo a las tres semanas de vacaciones en las que no toqué la bici: Piramidal cargado por un glúteo debilitado.

Además está el aire en la cara, esa sensación que los que vamos en bici habitualmente saboreamos cada vez que la sentimos y "que no se puede explicar". En días como el de "El Gran atasco" del lunes pasado me pellizco por la suerte y decisión  de poder usarla a diario (la suerte es para el que la busca).