jueves, 5 de febrero de 2015

SUbiendo la carga

Continúo metiendo sesiones variadas en mi preparación.  Si el domingo el rodaje fue el clásico de 16 kms por Hortaleza, el lunes por Las Tablas y Valdelatas me puse algo serio con las cuestas , haciendo algo más de 300d en 11 kms. Sé que no son muchos pero 50 minutos una hora es lo que da.

El martes, más tranquilo, fui con un compañero hacia Valdelatas a 5:20 (14 kms en total). Para compensar el miércoles estuve en Pump en donde he dado un paso atrás con el peso para hacer todas las repeticiones sin tener agujetas al día siguiente.

El jueves, cuestas (más bien u amago); al lado del carril-bici hay un tramo de un kilómetro con 35d+ y lo mismo negativo, lo que lo convierte en una buena opción para entrenar al aire libre en plena ciudad cuando no se tiene mucho tiempo: 12 veces, 12 kms y unos 600 metros de desnivel total que, para estar en un barrio de Autocad no está nada mal. Esto no deja de ser una sesión de series encubierta, sí, esas que dije "a Dios pongo por testigo que nunca volveré a hacer series" pues helas aquí... si bien no hay descanso (pues ando cuando subo, por lo que se parecen más a un fartlek que a unas series) hago el mismo recorrido sin parar al estilo "El expreso de Medianoche". Y claro, hay que ser fuerte mentalmente para seguir haciéndolo sin darle al bolo. Y dándole al bolo uno piensa aún más en otras cosas porque otra de las cosas buenas que tiene el corredor de fondo es que tiene tiempo de calidad para pensar porque la sangre le fluye por el cerebro más rápido (que no mejor).

Pensando, pensando llego al tema libros ya que acabo de terminar "Memorias de un cortesano de 1815” de Benito Pérez Galdós, uno de mis novelistas de referencia. Con estupor uno va descubriendo que España no ha cambiado nada en lo que se refiere a los trapicheos que se manejan alrededor del poder en donde importa más quién es tu protector (“el que no tiene padrino no se bautiza”). Cambian las personas (el pequeño Nicolás, Bárcenas, Gürtels, Pujoles, etc) pero no los personajes (Fernando VII, Juan de Pipaón, Juan de Ugarte, obispos varios…) y los cargos “de confianza” se negocian ahora como las canonjías entonces. Y, casualidades, ambientada en 1815, hace justo 200 años.

El libro que acabo de empezar, "El Impostor" (Javier Cercas) además, también muestra el seguidismo y borreguismo de la clase política; cómo pueden abrazar una idea o a una persona y despellejarla hipócritamente al día siguiente si políticamente es necesario.

Y siguiendo con el off-topic literario al hilo de lo de Grecia… cómo me acuerdo a veces del "Ensayo sobre la lucidez"  de Saramago que leí hace diez años y que cada vez parece más actual. Que un pueblo, harto de sus dirigentes, decida votar masivamente y en blanco por mayoría absoluta era un ejercicio quimérico. Que el Gobierno ordenara repetir las elecciones una semana más tarde y que el porcentaje subiera al 83% suponía pensar que Saramago se habría tomado su medicación caducada. El Gobierno reacciona culpabilizando al pueblo de sus males y busca inductores, responsables y cómplices con todo tipo de métodos (por supuesto ilegales) de lo que califica como una rebelión porque ellos, por supuesto, son los padres de la patria y el resto son unos desagradecidos. ¿Encontráis algún paralelismo con la actualidad? Por favor, olvidaos de los Podemos, rescates, crisis y la caterva de dirigentes que nos gobierna. Joder, cómo lo clavó el portugués.






Menudo rollo cultureta que he soltado...