Continúo metiendo sesiones
variadas en mi preparación. Si el
domingo el rodaje fue el clásico de 16 kms por Hortaleza, el lunes por Las
Tablas y Valdelatas me puse algo serio con las cuestas , haciendo algo más de 300d
en 11 kms. Sé que no son muchos pero 50 minutos una hora es lo que da.
El martes, más tranquilo, fui con
un compañero hacia Valdelatas a 5:20 (14 kms en total). Para compensar el
miércoles estuve en Pump en donde he dado un paso atrás con el peso para hacer
todas las repeticiones sin tener agujetas al día siguiente.
El jueves, cuestas (más bien u
amago); al lado del carril-bici hay un tramo de un kilómetro con 35d+ y lo
mismo negativo, lo que lo convierte en una buena opción para entrenar al aire
libre en plena ciudad cuando no se tiene mucho tiempo: 12 veces, 12 kms y unos
600 metros de desnivel total que, para estar en un barrio de Autocad no está
nada mal. Esto
no deja de ser una sesión de series encubierta, sí, esas que dije "a Dios
pongo por testigo que nunca volveré a hacer series" pues helas aquí... si
bien no hay descanso (pues ando cuando subo, por lo que se parecen más a un
fartlek que a unas series) hago el mismo recorrido sin parar al estilo "El
expreso de Medianoche". Y claro, hay que ser fuerte mentalmente para seguir
haciéndolo sin darle al bolo. Y dándole al bolo uno piensa aún más en otras
cosas porque otra de las cosas buenas que tiene el corredor de fondo es que
tiene tiempo de calidad para pensar porque la sangre le fluye por el cerebro
más rápido (que no mejor).
Pensando, pensando llego al tema libros
ya que acabo de terminar "Memorias de un cortesano de 1815” de Benito
Pérez Galdós, uno de mis novelistas de referencia. Con estupor uno va
descubriendo que España no ha cambiado nada en lo que se refiere a los
trapicheos que se manejan alrededor del poder en donde importa más quién es tu
protector (“el que no tiene padrino no se bautiza”). Cambian las personas (el
pequeño Nicolás, Bárcenas, Gürtels, Pujoles, etc) pero no los personajes
(Fernando VII, Juan de Pipaón, Juan de Ugarte, obispos varios…) y los cargos
“de confianza” se negocian ahora como las canonjías entonces. Y, casualidades,
ambientada en 1815, hace justo 200 años.
El libro que acabo de empezar,
"El Impostor" (Javier Cercas) además, también muestra el seguidismo y
borreguismo de la clase política; cómo pueden abrazar una idea o a una persona
y despellejarla hipócritamente al día siguiente si políticamente es necesario.
Y siguiendo con el off-topic
literario al hilo de lo de Grecia… cómo me acuerdo a veces del "Ensayo sobre la lucidez" de Saramago que leí hace diez años y que cada vez parece más actual.
Que un pueblo, harto de sus dirigentes, decida votar masivamente y en blanco
por mayoría absoluta era un ejercicio quimérico. Que el Gobierno ordenara
repetir las elecciones una semana más tarde y que el porcentaje subiera al 83%
suponía pensar que Saramago se habría tomado su medicación caducada. El
Gobierno reacciona culpabilizando al pueblo de sus males y busca inductores,
responsables y cómplices con todo tipo de métodos (por supuesto ilegales) de lo
que califica como una rebelión porque ellos, por supuesto, son los padres de la
patria y el resto son unos desagradecidos. ¿Encontráis algún paralelismo con la
actualidad? Por favor, olvidaos de los Podemos, rescates, crisis y la caterva
de dirigentes que nos gobierna. Joder, cómo lo clavó el portugués.
Menudo rollo cultureta que he soltado...