miércoles, 16 de septiembre de 2015

Trail Sierra del Rincón, mi crónica

Menuda carrera dura la del sábado pasado. Y bonita. Lo de “carrera” en mi caso es un decir porque correr, lo que se dice correr, corrí poco. Un kilómetro y pico al principio y otro tanto al final más algún tramo suelto. Porque los tramos de (fuerte) subida sucedían a los de (fuerte) bajada sin solución de continuidad.

Viendo amanecer (es espectacular ver amanecer a estas alturas del año dirigiéndote hacia el noreste) llegué a La Hiruela “a eso de las 08:00” y ya nos dejaron a dos kilómetros del pueblo (“esto hay que andarlo a la vuelta”).  El pueblo está totalmente rehabilitado. Casas de piedra encajada, monísimas todas, con casitas rurales con encanto y cuquiterrazas que casi daba pena pasear con las botas por el pueblo por si se manchaba de barro.

Con veinte minutos de retraso se da la salida. Está nublado, hace fresco y desde el primer momento decido ir con bastones, decisión que luego vi que fue la correcta. Nos internamos por un robledal que empieza a amarillear y nos dirigimos al puerto de La Hiruela (1.500 msnm) por un camino disfrutón. A partir del primer avituallamiento (km 5) empieza la carrera de verdad. El terreno se encrespa, el camino se difumina (desaparece) y hay que meterse por esas piedras sueltas (ora caliza ora pizarra) que tanto me gustan en las bajadas. Algo de cuarzo suelto y una especie de grafito brillante que no recuerdo cómo se llama jalonan el recorrido. Desaparecen los árboles y quedan sólo matojos (cuando no piedra pelada). Por momentos hay que escalar. Los bastones me vienen de perlas, me impulso con ellos, me freno en las bajadas.. no noto ese pinchazo típico en los cuádriceps y tiro para delante. Paso entre piedras y, poco a poco (muy poco a poco) llego al Porrejón (1.900 msnm).

Vistas hacia Guadalajara

Vistas hacia Madrid

Nowhere to run


Las vistas son impresionantes, foto para dar señales de vida y empieza la bajada. Muy técnica (ando casi todo el camino) pero consigo ir más rápido que en la subida, algo importante para mí. Hay que ir a La Puebla donde está el segundo avituallamiento, seis kilómetros más adelante y “sólo” 700 metros de desnivel . De repente, un camino y suelto la reductora que llevaba puesta… a correr.. me salen ritmos por debajo de 4:00 y con los bastones. Pero de repente dejo de ver esas cintas que nos acompañan… ¿me habré perdido? Dejándome llevar por el camino me he flipado. Echo mano del móvil donde tenía descargado el track y sí, efectivamente, me había pasado de salida. Sólo 400 metros pero para arriba. Gajes del oficio…

En La Puebla, otro pueblo de postal, está el avituallamiento… y no habrá ninguno hasta el km 22(estamos en el 11). Entre tanto, dos subidas por lo que toca reponer, mineralizarse y comer algo. Como soy de los “paquetes” nos piden que no seamos abusones, que viene más gente. Llevo dos horas peladas y preguntan si vienen muchos detrás.

Me quito las botas porque tenía piedras. No son piedras, son dos incipientes ampollas como una cebolla. Sin pensarlo sigo las indicaciones y me meto por un sendero que bordea el río. Ni rastro de humanidad, sólo paseantes ocasionales. Sé que estoy en el camino por las cintas pero ninguna señal de corredores ¿me habré equivocado de recorrido? Entre lo frondoso de esta parte del camino (helechos, jaras, moreras, romero…) y lo estirado del pelotón no se oye nada. En un lento y continuado ascenso aún no muy empinado pero lleno de guijarros empiezo a localizar unidades sueltas… se me da mejor subir que bajar, sin duda. Ese punto que da el fondo me permite mantener una velocidad constante de martillo pilón que luego pierdo en las bajadas.. pero queda ahí. Hay que subir otros 600 metros hasta la Peña de la Cabra en algo menos de seis kilómetros que empiezan a hacerse duros no tanto por el calor (hacia el sur se atisban chubascos aislados en el Valle del Lozoya y más allá.. impresionante ver Madrid desde casi 100 kms… ancha es Castilla). Desaparecen los guijarros y queda mi amiga la pizarra. Entre pinares empieza un tramo técnico de esos en los que La Comunidad del Anillo tendría serias dificultades.

Si los humanos somos previsibles, los nombres que ponemos a los sitios lo dicen todo por su elocuencia. ¿Qué hace  viento en Fuerte-Ventura? ¿Qué es muy jodido el Collado Cabrón? ¿Y Córdoba la ciudad más bonita del mundo? Nos ha jodido Mayo con las flores… pues igual la Peña de la Cabra. Superficie técnica donde las haya, las Salomon XT-Wings entran en acción dándolo todo. Hay que levantar la pierna para sortearlas, sentarse para bajar alguna… vamos, mis pequeños lo hubiesen disfrutado un montón (otra cosa hubiese sido el tiempo empleado). “Con cuidadín, que luego hay un tramo corrible”. Cuidado había que tener mucho… menuda bajada en vertical de sólo 50 metros. Despacito y buena letra. ¿“Corrible”? Yo no podía salvo tramos cortos… mucha piedra suelta me lo impedía  y es que el instinto de supervivencia es más fuerte en mí que el competitivo. Entre tramos corriendo, ascendiendo y bajando, voy cresteando hasta la siguiente cima antes de bajar al Puerto de La Hiruela. Por momentos hace viento, por momentos refresca, por momentos sale el sol y hace calor… “Winter is coming” y estamos en la Sierra, qué coño queremos.

Sigo sin encontrar ese tramo corrible pero bajo rápido por un pedrero con una pinta de torrontera tremenda. Al fin llegamos al avituallamiento en el Puerto de la Puebla que se ha hecho esperar. Tanto que no queda casi de nada. Por supuesto que no queda bebida isotónica y nos piden que pensemos en los demás porque se están quedando sin agua. Vale que la  organización podía haber previsto que después de 11 kms y 1.200 metros de desnivel positivo (algo menos de negativo) las necesidades serían mayores pero también podíamos haber aprovechado más los avituallamientos anteriores, dos, en los que había peña que ni paraba. En fin, quedan siete kms y otro avituallamiento.
Yo, feliz como una perdiz, pensaba “sí se puede” terminar en menos de 5 horas y se me fue la pinza.. me quedaban 200 metros que subir (en dos kms)… y 600 que bajar (en cinco). Todo por una superficie muy técnica, con tramos con desniveles superiores al 40% en la bajada al último avituallamiento (del km 24 al 25) y otro más adelante en el 26.

A 1,5kms del pueblo se puede correr y saco mi orgullo de corredor urbano.. Me pongo por debajo de 4:30 (a buenas horas mangas verdes), adelanto a dos corredores (¿y éste?), me quito la gorra (para salir bien en la foto) y extiendo los brazos con los bastones (mi tesoro). Entro en 5:40, 148 de 188.

Subiendo destrozado para el coche (dos kms), una voluntaria que venía en un coche saca medio cuerpo para gritar “enhorabuena” y me arranca una sonrisa tremenda. “¡Gracias!”


Conclusiones

Sigo aprendiendo a bajar. Me adelantan muchos, lo sé. Soy más lento que el caballo del malo, también lo sé. Nunca ganaré un trail ya que para eso hay que bajar como una cabra y ostiarse unas pocas veces… peaje por el que no estoy dispuesto a pasar (aún así uno se ostia).

Para arriba voy de puta madre… del grupo de mantacas no me adelanta casi nadie. Y eso que soy sistemático con los Ca-Cos. Me noto fuerte, consecuencia (creo) del entrenamiento cruzado de la bici (aprox 15 kms día yendo a currar) y de las clases dirigidas del gimnasio (qué bueno es el yoga y sus guerreros para recuperar).

Como diría mi jefe, mi “performance” baja en terrenos técnicos. No, no es de Wisconsin para emplear esa palabra. Es de Albacete y todo el mundo sabe que “performance” es el localismo manchego para “desempeño” o “rendimiento”.

Los bastones son necesarios en este tipo de carreras, al menos para arriba.

Tengo que seguir corriendo, aprendiendo. Pero no me vale cualquier carrera.. tiene que tener ese puntito de dificultad/masoquismo que compense con creces el sacrificio de madrugar, dejar a la familia, apretarse 100-200 kms y tener consecuencias en formna de agujetas.

Hay que decansar antes de estas carreras… que por poco la cago por meterme con molestia en el lumbar en clase de Body Combat... manda huevos, eso es como irse a estudiar Física Cuántica con Pocholo a una biblioteca al lado de un after.

Consecuencias

EL glúteo superior lo tengo cascado, nada que no se quite con descanso.

Dos ampollas no detectadas en carrera han ido a más y otras dos incipientes fueron a menos… cosas del directo.


viernes, 4 de septiembre de 2015

Trail Sierra del Rincón 12 de Septiembre

Pese a llevar casi quince años viviendo en Madrid hay cosas que siguen superando, más aún en estos tiempos del “yo estuve ahí y lo tuiteo”.

Llevamos años intentando ir al Hayedo de Montejo en otoño en plan turistada para ver qué bonitas están las hayas en esa época. Y siempre estaba petado hasta el infinito y más allá, totalmente reservado. Este año, por una vez, lo intentamos en julio y el sistema sólo nos dejaba reservar con dos meses de antelación  desde el incio del mes… es decir, en Julio sólo se podía reservar hasta Septiembre y en agosto hasta octubre.

Listo de mí creí haber descubierto la pólvora con una alarma en el móvil a sonar el 3 de agosto “a eso de las 09:30”, pensando que todo el mundo estaría de vacaciones y más pendiente del tanga de la brasileña de al lado o del Turbo del italiano de turno, según gustos. Qué listo, Evaristo… con esto de la tarifa de datos todos tenemos internet en todos lados… y a las 10:00 sólo veía huecos entre semana y pocos. Al llamar me dicen que hay que andar más rápido ¿más? Hay que ser el puto Correcaminos para ser más rápido. La otra opción, la de presentarse en Montejo el mismo día para los pases in situ me la ahorro, hay que madrugar mucho (pero mucho, me dijeron) con el riesgo de tener que darse media vuelta después de estar ahí a las tantas de la madrugada (con la complicación logística de tener un coche).

Así que… si no se puede pasear ¿por qué no correr? El 12 de Septiembre trail de 29 kms +1600 d+) por la Sierra del Rincón. Para este paseo no hay que ponerse alertas en el móvil ni madrugar para que te den ninguna entrada. Basta con pagar y correr… precisamente lo que espanta a muchos de las que me ganaron el 3 de Agosto. Y es que cuando hay algo que es gratis y se puede llegar en coche entonces se peta. Eso sí, el año que viene a las 09:30 me pillan con la página abierta. Hay plazas de sobra, lo que indica que la burbuja del trail ha llegado a unos extremos en los que sólo queda que pinche.

Además esta carrera me viene bien como plan B. Antes de las vacaciones tenía pensado correr un trail de 42k en Cercedilla el ultratrail Madrid que tiene varias distancias. Pero no estoy para tanta distancia ahora. Dos semanas de parón absoluto y otras dos de “sólo correr y suave” han tenido como consecuencia molestias en glúteos, piramidal… vamos, ausencia de entrenamiento cruzado puro y duro que estoy empezando a corregir ahora entre la bici y algo de gimnasio.


Y hablando de gimnasio… la vuelta a las clases colectivas han tenido un efecto colateral. Y es que tengo los abdominales como uno de los 300 espartanos. Y no precisamente para rallar limones (de hecho puedo esconder limones en EL abdominal) sino que me los toco y grito “Aú, Aú, Aúuuuu!!!” de puro dolor. 

Cómo se te quedan los abdominales después de Body Combat