viernes, 28 de mayo de 2010

Cara de gilipollas

Hoy no voy a escribir de carreras, ni de bicis, ni de nada parecido, sino de una anécdota más de la picaresca nacional, que seguro habéis vivido.
Viernes 28 de Mayo, 13:00, en una farmacia cualquiera de un barrio cualquiera de una ciudad cualquiera de España. Voy a entrar, pero lo cedo el paso a dos “señoras” (luego deduje que eran madre e hija) que, hablando de lo suyo, no tienen tiempo ni de dar las gracias. Se ve que el mundo gira en torno a ellas y las puertas se abren solas a su paso. Como entran las primeras, piden las primeras. A grito pelao, piden varias cosas, asegurándose de que “sean gratis” para ir después a por la receta. La farmacéutica, muy diligente, les instruye “no, no pidas el Gelocatil de 650, que es de pagar, llévate el de un gramo y te tomas la mitad”. La madre le da a la hija casi todas las medicinas y ella se mete en el bolso las que dicen que le hace falta. Mientras tanto, despotricando contra el Gobierno porque no le suben las pensiones… a la vez nos están tangando con la renovación del botiquín de la hija con medicinas de “no pagar”. Se ve que la pobre se ha quedado sin pasta después de comprarse las RayBan que lleva en el pelo.

Y a uno se le queda la cara de gilipollas mientras espera pacientemente para comprar Ibuprofeno “de pagar”.

jueves, 27 de mayo de 2010

Ya llegó el verano

Sí señor, como la primavera en el Romanticismo, el verano ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Después de fríos que han durado hasta mediados de Mayo (con un breve lapso de calor que coincidió, curiosamente, con el MAPOMA), el calor parece que va a durar hasta Septiembre, con lo que en términos deportivos empieza una época de “transición”, que es como se denomina a un periodo más o menos prolongado donde la intensidad brilla por su ausencia y hay que tender más mantener que a progresar.

Así que habrá que apurar los últimos días en los que aún se puede correr a mediodía, ya que por las mañanas o por las tardes es más complicado. En cuanto suba un poco más la temperatura tendré que pasarme a entrenar menos veces y por la tarde. Ah, y como los bombones, por la sombra, que anda que no se nota correr entre árboles que a pleno sol.

Correr por las mañanas, entre semana, descartado. Entrando temprano a trabajar, sacar una hora es difícil. Y por las tardes, haremos lo de siempre, como decían Los Ronaldos…no, si no hace mucho calor trataré de salir algo, y si no, un poco de bici, que también vale. Pero con tranquilidad y para calmar el mono. Al final va a ser verdad esa frase de que la mejor hora para correr es la que se tiene libre.


En cuanto a la semana deportiva, continúo adaptándome a un ritmo óptimo para poder aguantar un maratón con las pulsaciones adecuadas. Parece mentira, pero correr lento es difícil, sobre todo cuando llevas bastante tiempo rodando a ritmos “rápidos” sobre la zona anaeróbica (en mi caso, 4:30). De los dos días que corrí entre semana he sacado la conclusión de que para reducir una media de 2 ó 3 pulsaciones por minuto tengo que hacer el kilómetro entre diez y quince segundos más lento (a 5 minutos serían 140 ppm, y a 5:15, 138 ppm), pero bueno, también hay factores exógenos que influyen, como la hora (por la mañana vamos menos acelerados que a mediodía) o el calor (entre el martes y el jueves había una diferencia de cuatro ó cinco grados). En cuanto al rodaje largo (13,5 km), y dado que nos fuimos a Gijón, lo hice a nivel del mar, seis kilómetros de los cuáles fueron por la playa (con zapatillas, arena fina pero compactada, buen tiempo, poca gente que esquivar y la humedad del mar), que si bien es un poco más cansado, también es muy placentero.

Para terminar, una de operación bikini. En los diez últimos días me he apretado una pata de cordero, hamburguesas, pizzas (doblete), bocatas de bacon-queso, huevos fritos con chorizo y papas y, al menos una cerveza diaria con palomitas y otras delicatessen (duras jornadas de finales de Liga, Copa, UEFA, Champions…). Con todo ésto, a priori, tendría que haber cogido algo de peso ¿no? Pues no, no sólo no he cogido peso sino que, además he perdido como un kilo y medio. Para que luego digan de las bondades de las cenas a base de ensaladas, special-kk.

miércoles, 19 de mayo de 2010

¿Friquismo?

El domingo pasado, para poder aprovechar el día, me fui temprano (muy temprano) a hacer la tirada larga, que es como se denomina a una carrera normalmente de una hora a un ritmo “tranquilo”, ritmo al cual, por ejemplo, se puede mantenerse una conversación sin jadear. Esta vez, más que los tiempos, intenté priorizar el ritmo (las pulsaciones), con el objetivo de ver cómo podría plantear un maratón en un futuro más o menos lejano. En mi caso, el ritmo “de crucero” tendría que estar en torno a 140 pulsaciones por minuto de media, que en términos de tiempo suponen cinco minutos pelaos… en trece kilómetros. Teniendo en cuenta que la progresión de las pulsaciones sigue una recta más o menos creciente, y que mi umbral anaeróbico está en 153 ppm, tendría que ir a algo menos, por lo que tendré que ir probando a ir a 5:30, lo cual sigue siendo una buena marca proyectada, por debajo de cuatro horas. El próximo rodaje probaré a ir al trantrán, a ver que tal se da. Además, y dado que se acerca el verano, habrá que levantar un poquito el pie (nunca mejor dicho).

El día amaneció fresco para la época (16 de Mayo… en dos semanas abren las piscina de verano), con unos 6/7 grados, pero estupendo para correr, sin viento. Salí de casa y fui hasta el Juan Carlos I (Campo de las Naciones), donde di una vuelta perimetral y otra interior. En total, contado ida, vuelta y recuperación, 13,5 km, a 5:00 de media, clavando los parciales Mortirolo aparte. Las sensaciones muy buenas; a un ritmo tan “tranquilo” no llegaba en ningún momento a faltarme el aire (umbral anaeróbico), con una temperatura óptima y los olores propios del parque (romero, pino, lavanda…)

A esas horas y en esos sitios se encuentra gente corriendo, rodando en bici (en ambos casos con bastante nivel), pescando, piragüeando, volando cometas, conduciendo/volando maquetas o jugando al golf-o-sea (en el campo de al lado), y el parking medio lleno :O!!

En cuanto a las circunstancias del ejercicio, y de ahí el nombre del post (menuda palabra pedante que se ha puesto de moda), no voy a rebatir ningún comentario calificatorio sobre friquismo, más que nada porque es difícil de justificar. ¿Qué nos mueve a levantarnos a esas horas para –supuestamente- pasarlas putas corriendo?. Bueno, parafraseando a ZP, el concepto es “discutible”. Para empezar, a las nueve y media estaba de vuelta a casa, una hora que deja toda la mañana libre para hacer cualquier cosa. Por otra parte, también hay que contraponerlo con otras aficiones u obligaciones: ¿por qué escaquearse un día del curro para ir a las rebajas? ¿qué nos obliga a ir cinco horas a una plaza de toros con una banderita a aplaudir al político del turno desproticando contra los “ricos insolidarios” que ganan (perdón, declaran) más de 20.000 leuros y “malditos roedores”, perdón, “especuladores”?.

En cuanto a próximas carreras, hay un diez mil a finales de mayo que tiene buena pinta, la Cerrera Liberty. Además de estar homologado, son sólo ocho lerenles, transcurre por el Barrio de Salamanca/Chamartín y es benéfico. Lo único malo es que a finales de Mayo puede hacer un poco de calor en Madrid. Si al final me animo, mi objetivo está en bajar de 44 minutos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Fauna Ibérica II

Segunda y última entrega de FAuna Ibérica de Carril-Bici. Espero que os guste.

Las patinadoras. Dependiendo de su experiencia, suelen ir acompañadas de una amiga o de su pareja, si es que son expertas, o de un amigo, si es que no son nada expertas, en cuyo caso puede tratarse de un Pagafantas (que ya sabe lo que le toca, o lo que no) o del buenorro de turno (en cuyo caso es harto probable que nuestra amiga la patinadora sea la Pagafantas, porque suelen ser gays).

Otros animales, como… caballos. Si el carril-bici se ve afectado por una servidumbre de paso, no habría nada que hacer, pero es “de paso”, no “de paseo”. Estos animalitos tienen la costumbre de cagar, y los dueños de seguir cabalgando.

Pareja “Cometa” (circulan una vez en la vida). Se trata de una breve mutación de paseantes. Después de tres ó cuatro paseos a pie por el carril bici, deciden que ellos también tienen que ir en bici y, todo puestos, se van al Decartón si están tiesos o a una tienda de bicis que le ha recomendado el vecino, porque ellos son “alto estandin” (por algo tienen su piso "alto estandin" de Montecarmelo). Se compran dos bicis a juego, normalmente de paseo, porque lo que pretenden es pasear. El siguiente fin de semana se bajan al carril bici y, después de comprobar que andar en bici puede llegar a cansar y que no van tan rápido como los chavales de 10 años, se vuelven a casa a la media hora después de “haber hecho deporte”, guardando las bicis en el trastero al lado del vídeo VHS y las cintas de Parchís, y dándole la misma utilidad. Se pegan dos semanas con agujetas contándoselo a quien quiera oirlos, como si hubiesen subido el Mortirolo. A los pocos años, llevarán la bici al “Cash Converters” para sacarse unas pelillas y liberar un poco de sitio para el penúltimo capricho (esquís, snowboard, etc). Contemplad su estampa, porque no la volveréis a ver. Y si os gusta la bici y los conocéis, hacedles una oferta a la baja: seis meses después de la indignación inicial por la cantidad tan "baja" aprovecharán cualquier ocasión para sacar el tema, con tal de no ir al Cash Converters.

Domingueros, de oronda barriga y bici de carbono para compensar (seis kilos de bici a seis mil leuros le sale el kilo a mil leuris). Son, por naturaleza, escandalosos. Antes de salir se reúnen en un punto concreto para ellos, indeterminado para el resto, y durante media hora en la que se lo enseñan todo (en términos ciclísticos), ocupan parte del espacio. Que si la última rueda que me he comprado, a 300 leuros cada una, que si el desviador, que mira que casco… vamos que su rueda cuesta lo que una bici de gama media. Después de la media hora, se lanzan a tumba abierta… pero son incapaces de seguir el ritmo de cualquiera medianamente entrenado con una bici del Decartón. Al final, entre lo que graznan y lo que esperan (paradas cada media hora), están más tiempo vacilando de bici de montados en ella.

Runners. Más que molestar, acompañan, sobre todo en las subidas. Van pegaditos a la banda, salvo casos excepcionales. Los más expertos apenas pisan un tramo, de paso a algún parque; los menos, igual, pero por falta de fondo. AL fin y al cabo, la superficie del carril bici no es la muy mejor amiga de las rodillas, a pesar de que los tiempos sean mejores que en tierra.

El clásico. Va con un maillot del Reynolds (o de Huesitos, o cualquiera de los 80). Presenta dos subespecies, una que se desplaza en una bici de época y otra que la ha renovado, probablemente porque la primera no daba más de sí. El bidón es una botella de agua de fontvella. En ocasiones puede llevar una cinta en el pelo, con muñequera a juego. Tiene en torno a 50-60 años y lleva toda la vida en bici. A pesar de su aspecto (el tiempo pasa, el pelo se cae, la grasa no…) es capaz de subir una cuesta del copón con el plato grande y el piñón pequeño sin levantarse del sillín, dejándote sin compasión atrás a tus treintaypico, tu bebida isotónica y tu plan de entrenamiento por zonas.

El perroflauta. Éste sí que va poco, porque normalmente suele estar tomando el sol en algún banco del centro, fumando un porro esporádico con una litrona a mediodía mientras critica a la sociedad de consumo capitalista. Lleva unas rastas de peluquería, y sólo aparece por el carril vieja cuando tiene que ir a casa de papá a pedir pasta para litronas y porros. Por las noches suele ir en bici a algún concierto en una casa OKUPA, pero a dormir a casita, que la espalda sufre mucho si no duerme en el colchón viscoelástico.

El prosélito. Después de muchos años sin andar en bici, un día una luz cegadora le hace caerse del caballo. “¿Por qué me persigues?” Y se convierte, comprando poco a poco cacharros que, aunque útiles, su utilidad práctica no va más allá de cierta comodidad. Una evolución virulenta le puede llevar a integrarse en los movimientos tipo Bicicrítica y similares, convirtiéndose en miembro activo. Llega a hacer de la bici el centro de su vida, yendo en ella a todas partes y a pesar de las condiciones climáticas adversas.
Los del Club Ciclista. Son los menos, porque terminan hasta las narices de todos los anteriores y se van por carretera o por alguna Senda Ciclista alejada. Después de un rodaje suave de 20-30 km, empiezan a meterle caña, y son capaces de ir contando chistes o de la resaca que llevan cuando el menda está soltando el hígado en una cuesta de nada, con los dientes apretados y habiendo cenado ligerito e ido a la cama para dormir las ocho horas preceptivas. Y alguno de estos cabrones empalmando...
¿Os identificáis con algunos? ¿Pensáis que falta?

viernes, 7 de mayo de 2010

Fauna Ibérica I

La Fauna Ibérica se caracteriza por ser rica en diversidad y por su endemismo. Algunas de las especies más significativas de nuestro rico ecosistema de carril bici son:

1.- Las Viejas paseantes o, simplemente, paseantes. A pesar de su frágil aspecto y de no contar con una burra, su comportamiento hacia el resto de los usuarios es despiadadamente depredador. Van en manada, y en disposición ofensiva permanente, que se materializa en una formación de combate en paralelo, ocupando la totalidad del carril si van en grupos superiores a cuatro (el espacio entre ellas será tanto mayor cuanto menor sea el número de integrantes, siempre con el objetivo de abarcar la totalidad del carril). De nada sirve que te vean venir ni que les pites con el preceptivo timbre, que tendrás siempre la culpa y te tendrás que echar al lado, previa increpación por su parte. Ocasionalmente van acompañadas de algún marido, el cual, o lleva un auricular para escuchar el Carrusel Deportivo o se tiene que joder y aguantar las mejores jugadas del Salsa Rosa de la noche anterior. Más que un calificativo de género y edad, esta categoría engloba también a otra serie de paseantes, no menos peligrosas y violentas. ¿Cuántas veces os habéis visto increpados por el típico grupos de amigos que los domingos, y para bajar la paella de encargo mugrosa que se han comido en su pisito cutre de Montecarmelo? Eso sí, para justificarse se bajan con el niño en la motofeber “¡que vamos vigilando al niño!” ¿Los ocho? ¿no teníais una urbanización cerrada con piscina, pistas de pádel y trastero? Pues quedaos ahí; ¡ah! Se me olvidaba, queríais vacilar de vistas a la M40.


2.- Padres e hijos jugando al fútbol, ...o algo parecido. A pesar de tener en las inmediaciones zonas amplias para darle a la pelota de plástico con lunares que se bajan, no, el caminito rosa ejerce una atracción mágica sobre este binomio. La imprevisibilidad de sus actuaciones los hace especialmente peligrosos, sobre todo si una va un poco rápido (a 25 km/h, tampoco es tanto). La responsabilidad hay que encontrarla en la inconsciencia del padre, no en el desconocimiento del hijo. Además, suelen ser más vehementes en sus reacciones ¡Cuidado, hombre! Yo me puedo meter una hostia, que puedo volver a levantarme, pero a ti (o a tu hijo) te pasa un Panzer por encima.

3.- Aprendiendo a rodar en bici. El ejercicio del Magisterio es una cualidad admirable, y la disposición en el aprendizaje es encomiable, pero para enseñar hay muchos y mejores sitios, tanto por superficie como por seguridad. Siempre que se enseña, hay que acompañar andando, pararse para explicar, animar, etc, acciones que se pueden realizar en cualquier explanada de cualquier parque, pero nunca en un sitio donde haya bastante tráfico. Otra cosa es que, una vez aprendidos los conceptos básicos de rodaje y circulación POR LA DERECHA, te lances con el enano al carril bici (ponte detrás, para protejerlo y corregirle); si vas 10 km/h no pasa nada, te van a ver con tiempo suficiente.


4.- El clásico perrito, cómo no, acompañado de un burro por dueño que nunca tiene (además) la bolsita para recoger la mierda del chucho (me refiero al excremento, el pobre animal no tiene culpa, como el niño de antes). ¿Dónde tenéis la correa, en casa guardadita para que no os la quiten? Las zonas para perros ¿están demasiado sucias para el culo de vuestro perro? Coño, ni que fuera Lassie.


5.- Skaters. Lo pongo en inglés no por esnobismo ni para demostrar que aún sé, sino para distinguirlo de las patinadoras. Éstos también tienen su peligro, porque se juntan en grupos generalmente numerosos al amparo de los cuales, y para demostrar su destreza en el manejo del monopatín, colocan minipivotes a lo largo del carril, para trabajar su tikitaka. Una vez me encontré con un grupito de éstos en ¡un tunel!, que además no estaba iluminado (me refiero al túnel, no a los skaters). Si no vas atento (o si lo vas), hostia asegurada, y bronca con los Jonathan de turno.


6.- Furgonetas del Servicio de Limpieza, con sus correspondientes operarios. Si sólo fuera “un momentito” (laxo lapso de tiempo) como dicen los que dejan el coche en doble fila, vale, pero esta panda aparca la furgona y, tranquilamente, se tumban a la sombra de algún pino a dar buena cuenta del bocata y dormir la siesta si el tiempo lo permite. Esto pasa un día sí y otro también en el entorno del Polideportivo Luis Aragonés en Hortaleza. Se ve que se les cae un huevo si lo aparcan en la explanada de dicho polideportivo, y es que, aunque no lo pareza, llevan una pata de cordero camuflada en el bocata, por lo que cualquier desplazamiento posterior supone un esfuerzo ímprobo.

En próximas entregas escribiré de los del Club Ciclista, patinadoras, incombustibles lobos solitarios, runners, domingueros de oronda barriga y bicicleta de fibra de carbono (para compensar) y otros animales. Si tenéis algún especimen más, enviádmelo.

Y el sábado, quién lo hubiera dicho, que el Sevilla le gane al Barsa. Buen fin de semana.

lunes, 3 de mayo de 2010

Carril Bici o carril vieja?

Después de tres meses sin coger la bici, el sábado pasado me lancé al carril bici con la “Espada”. Entre nevadas, lluvias (sobre todo), preparaciones para las carreras de abril y excusas varias, me he plantado en Mayo con sólo dos salidas en bici en el año. Va a ser verdad eso de que las bicicletas son para el verano.

Eso sí, cometí el “error” de no madrugar, y es que pasando de las 10:30, el carril bici de llena de gente y uno tiene que levantar el pie no ya para no provocar un accidente, sino, simplemente, para evitarlo. Y es que, como en el caso de las bicicletas intrusas en el MAPOMA, el carril bici está lleno de intrusos.

Para empezar, las viejas, que han logrado que el carril sea oficiosamente denominado carril-vieja. A pesar de que haya un camino en paralelo a lo largo del recorrido y un carril de un metro de ancho sobre el carril exclusivo para peatones, se empeñan en colonizar todo el espacio del carril bici, llegando al extremo de increparte si vas un poco deprisa o si les pitas. Si la ignorancia es atrevida, la imbecilidad es osada a más no poder; lo poco que recuerdo de las clases de Física es que la Fuerza es igual a la Masa por la aceleración, es decir, que el menda, con sus 78 kilos, más los 15 de la bici a, digamos, 25 km/h, le puede meter una leche tremenda a la suicida (bueno, y yo también, que Gallardón todavía no ha puesto colchones en el carril).

Por cierto, que el concepto de “vieja” es más categórico que concreto, y se refiere más a una actitud que a un grupo de edad, por lo que paseantes ocasionales de todas las edades que ante la inminencia del buen tiempo emprenden la Operación Bikini se lanzan en manada a pasear “porque es bueno”, con el ilusorio propósito de quemar los mantecados y las torrijas de meses pasados. Los milagros en Lourdes, y previo pago. Otro año que les pilla el toro.

Otra categoría peligrosa dentro del carril bici son los padres que se ponen a jugar al fútbol (o a lo que sea) con sus hijos dentro del carril bici. Estos son cabrones en exceso, porque tienen la osadía de gritarte si pasas algo cerca.¡¡joder! ahora me entero que el carril bici hay porterías, no te jode. ¿Y los perritos? ¿No tienen otro sitio para pasear y cagar que en el carril bici? Se me ocurre el salón del dueño, o en sus cajones (lo siento, no puedo escribir dos oes seguidas). Cualquier día que salga con los cables cruzados uno de estos perritos va a sufrir un “accidente” intentando morder mi rueda de 27 pulgadas.

En cuanto a lo meramente deportivo, noté bastante la falta de ritmo. Además de que tuve que hacer un inflado previo de las ruedas, la cadena “rascaba” cada vez que tenía que cambiar los piñones pequeños y, sobre todo, cuando tenía que cambiar al plato grande. Y es que tres meses sin mover la cadena dan para que mucha porquería se acumule. Normalmente hago un trayecto de ida y vuelta de unos 35 km, primero con un perfil netamente ascendente (desde Hortaleza hasta poco antes de los campos de golf de Puerta de Hierr o-sea) y vuelta. Por lo menos le he dado descanso a las rodillas, y salgo de la rutina de los rodajes por los parques habituales. Conforme el calor se vaya instaurando, las salidas en bici crecerán. Como dice un compañero, “la temporada de primavera se termina”, salvo madrugones o salidas cuasi nocturnas. Será entonces cuando se me ponga el culito respingón.

Por cierto, y hablando de culito, los últimos diez minutos tuve que hacerlos prácticamente de pie por la falta de costumbre de la posturita en el sillín. Lo dicho, la falta de costumbre.
PD: Quisiera preparar un post sobre la fauna del carril bici y similares. Por favor, ilustradme con vuestras ideas.