El domingo pasado volví a rodar con los de La Panda del Muro, a un ritmo parecido que el domingo anterior, 5:29, por el mismo recorrido y…a 136 ppm, frente a 139ppm de la semana pasada.
Al principio hacía bastante frío, pero con el sol no había tanta sensación de helada como la que empezó a haber a eso de las diez porque se levantó un viento del nordeste bastante desagradable, sobre todo a finales de la mañana. Estuve con ellos hasta la entrada de El Capricho, cuando decidí volverme a casa dando por buenos los 12 kms que llevaba más los 5 kms que me quedaban.
Volviendo solo a casa, el aire empezó a darme de frente; yendo cuesta arriba, se me hizo un poco duro algún tramo. Como tengo la manía de pensar cuando corro, entre otras cosas me dio por pensar en cuánto diferente puede ser el tiempo con el que preparas una carrera del que efectivamente hay cuando la corres. Circunstancias como ésta te hacen pensar en otro de los hándicaps de MAPOMA, y es el del rango térmico-meteorológico que hay entre la preparación y la carrera en sí. En teoría, una maratón requiere de una preparación específica de 16 semanas, que en el caso de Madrid empieza justo con las uvas. Muchos de nosotros nos vamos a correr muchas veces (con perdón) con temperaturas por debajo de cero, sobre todo si corremos por la mañana (o por la noche, según entres o salgas de casa) hasta bien entrado febrero. Nuestro cuerpo se acostumbra a un determinado grado de deshidratación, muy pequeño en estas fechas. Pero en Abril, si te sale un día “bueno” te puedes ir perfectamente a 25º-30ºC de una semana para otra.
Como no hay apenas deshidratación ahora, este aspecto no lo trabajo activamente. Además, saliendo a las nueve y volviendo a las once de la mañana me estoy quitando las horas en las que el sol puede empezar a calentar. A cambio, mis carreras entre semana son a mediodía, con lo que algo sí que estoy pillando.
El ritmo del rodaje fue el que pretendo llevar el día de la carrera, para tener cierto margen ante la previsible bajada/debacle física de los últimos 10-15 kms. Para terminar en cuatro horas, el ritmo medio debería ser de 5:40, con lo que tendría de un margen de cinco minutos para los últimos 16 kms si lo mantengo igual que el año pasado, es decir, que podría hacer hasta 6:00 min/km para entrar en tiempo. Esto suena muy fácil mientras aporreas las teclas o lees una pantallita moviendo el dedo índice para bajar el scroll lamentándote de lo mal que funciona el ratón, pero estoy convencido que ha de llegar un momento en que esa velocidad se me antoje insuperable.
El resto de la semana en línea con las anteriores. Dos salidas de diez kilómetros a 4:50 y 4:55 y 150ppm. A ver si de verdad se me quita el miedo a la lesión y empiezo a hacer series, que cada vez que noto que se me carga el isquio me entra el canguelo para toda la semana. A los ritmos a los que voy, al menos, no noto molestias.