El sábado di un paso más en esto del trail con la carrera de
El Escorial-Guadarrama 42k. Después de tres carreras de 18-21 kms tocaba dar el
salto a una distancia un poco más “seria” e ir más allá.
Por una vez el día de antes dejé preparado
todo en el salón (muda, mochila, botiquín, zapas..). A pesar de que me muevo
más sigilosamente que un ninja lo dejé todo preparado por si en un error de
cálculo tenía que fulminar a una mosca con un expeditivo movimiento de
pestañas.
Me tocó levantarme a las 04:00.
Sí, a esa hora hay bares que aún no han cerrado, el metro no funciona y para mí
estamos más cerca del “hoy” que del “mañana”.
A las 06:00 ya estamos en El
Escorial recogiendo el dorsal y la bolsa (muy rápido). Vuelta al coche, que en
El Escorial todavía hace frío y yo pensando que a lo mejor debí haber cogido
algo de abrigo. “¡¡los bastones!!”, mierda, se me habían olvidado. Entre papeo,
hidratación, meada de rigor y crema solar da la hora de ir para la salida.
El amanecer en El Escorial es,
sencillamente espectacular. Se sale dejando a mano izquierda la fachada
principal y un arco que hay al final. Se ve un balcón donde al fondo a la
derecha se ve el pantano de Valmayor y de frente, bajo un cielo que va del
violeta al naranja, la silueta de Madrid con todo el “skyline” de Castellana
claramente visible. Felipe II tenía de tonto lo justo y el estilo herreriano,
con su limpieza de líneas, su pizarra y su granito contribuyen a realzar aún más la belleza de
esta sierra de Guadarrama.
Salida limpia (éramos pocos),
ambiente fresco por 10ºC que pronto
subirán. Un primer kilómetro totalmente prescindible por asfalto termina en un
pinar por el que nos metemos y a partir del cual empiezo a andar. Debidamente
aleccionado, ando cuesta arriba a pesar de que me adelanten varios. “Ya caerán”.
Con una subida muy tendida el
pelotón se estira. Algunos corren (el camino, largo y sin piedras, lo
posiblita), otros andamos y yo sigo disfrutando de la carrera. Aprovecho las
bajadas o los llanos para correr y ando cuando cambia la pendiente. A unos siete
kilómetros nos desviamos de la pista por la que íbamos y empieza el trail de
verdad en medio de esas interminables zetas llenas de piedras sueltas. Durante
todo el camino nos acompaña un fuerte olor a jara, normal, ya que esta planta
está en plena floración.
¡¡¡Moooooooooola!!
Bucólico... This is trail
Jaras en Flor
Este camino me llevará al
Cerbunal (también me suena), donde es el primer punto de avituallamiento
sólido. Me quedo frío y decido que lo mejor es tirar. Después de una ligera
bajada vuelta a subir (de verdad) por otras zetas en las que tengo un deja vu,
normal, si hace dos meses pasé por aquí en otro trail. Dos horas peladas que se
van a 2:10 esperando el reagrupamiento Después de ahí toca bajar unos dos kms. Muchas
zetas, mucha piedra suelta que ya voy conociendo pero con el ambiente mucho más
seco. Las pirulas de sales me las tomo con una precisión que ni Willy Fogg, a las
horas en punto por prescripción de mi mentor.
Entre flores, caminillos y zetas
bajamos y subimos y volvemos a aparecer en el Cerbunal: hemos hecho una
circunvalación del monte, estoy en el km22 y ya sólo me queda una subida.
Físicamente me encuentro bien, llevo 3:20 y he adelantado casi 30 puestos (no
es para tirar cohetes, 128 de 200). Empieza a hacer calor ¡¡a las 10:30!! Mi
escolta ha fallado: una “gomitona” y un mareo les hace volverse una vez puestos
en marcha. A la derecha, Madrid, a la izquierda Segovia y más al fondo el
macizo de Gredos imponente. Un ternero del Guadarrama se me abalanza y lamento
no tener el machete de Rambo en el gemelo porque a la brasa tendría que estar
fenómeno (que se quiten las gominolas y el membrillo por favor con un chuletón).
Empiezan algunas bajadas técnicas
y las salvo dignamente. Me permito incluso adelantar a mis ritmos
estratosféricos (música irónica de Monty Python por favor). Hay muchísima
piedra suelta y aún disfruto con la carrera y del ritmo. A partir del km25
empieza una subida progresiva que llevaría al siguiente avituallamiento
(km32).EL calor ya es de consideración: bebo agua, me echo crema solar y
empiezo a hiperventilar por la temperatura ¿cuándo llegará el
avituallamiento? Después de darlo todo al fin. 4:54 km31 ¿y si le echo huevos y…
voy a por las seis horas? He adelantado 15 impresionantes posiciones (113) y “me
lanzo”. Corro por una pista pero algo no va bien… bien sea por el calor bien
por el cansancio noto que la tripa está revuelta. Por otra parte noto también
una presión en la espalda que al principio se lo atribuyo al codo del tubito
del depósito del agua que justo estaba ahí. Incluso bajando tengo que empezar
con Ca-Cos (100 metros ando 400 corro) y el dolor estomacal desaparece. Bajo el
ritmo y llega una bajada técnica que por supuesto bajo andando y en la que
luego me entero que mi Sensei hizo prácticas de aterrizaje una hora antes.
El manejo de la situación, la
contemporización de ritmos me lleva a pasar por el km38 en 5:50. Las seis horas
imposibles (tampoco me mata). He pasado al 120. Me paro en una fuente a meter
la cabeza (qué buena el agua, coño, y qué fría). Ni me paro en el
avituallamiento teniendo una fuente a 200 metros. Pasando por debajo de la
AP-6, saltando una valla, pasando por un centro de multiaventura nos metemos en
el pueblo. Calor, mucho calor pero el pescado está vendido. Me voy poniendo
guapo (me quito la gorra y las gafas, coqueto que es uno a pesar de llevar seis
horas corriendo). Encaro la meta, la gente nos jalea, choco las manos de todos
los niños y me vuelvo para atrás 20 metros para chocar la mano de uno que la
dejó demasiado corta “¡¡no te preocupes, ve a meta!” me dice el padre “Para
seis horas que llevo corriendo como para no perder diez segundos” contesto.
Mirada al frente, pecho levantado y brazos al cielo. ¡¡Termino mi primer trail
largo!! (bueno, 42km).
Me aprieto dos cocacolas del
tirón, agua y veo la fuente llena de cocacolas y aguas para enfriarlas ¿por qué
no una caja de litronas? Me encuentro a Óscar y me cuenta que se ha tenido que
retirar por un hostión cuando iba francamente bien.. en fin, cosas que pasan.
Yo sé que en la próxima toca pelo seguro (y él también pero no lo dice).
Consecuencias:
-
Físicas. Salvo alguna molestia en el glúteo
medio (ése que está all lado de la cadera), pocas. Sin ampollas, sin rozaduras.
Los cuádriceps terminaron dignamente y el miércoles me apreté una carrera
“suave” (por los cojones) de 7k a 4:22 por Las Tablas.
-
¿Sabéis que era lo del tubito? El lunes se lo
comenté al fisio porque me dolía, me dijo que me pusiera del lado e hizo algo
parecido al salto del tigre pero con ropa encima de mi costado. Oigo un
¡¡crack!! “tenías una vértebra mal colocada y te la he quitado con un poco de
presión”. Coño, que se me quitó al instante, para lo que vale saber.
-
Mentales. He roto una nueva barrera, esta vez
42k sin que las pajas mentales tipo “¿qué coño hago aquí?” aflorasen mucho. EL
hecho de poder andar sin morirse de la vergüenza ayuda mucho, por otra parte.
Conclusiones:
La principal es que físicamente no
estoy para la ultradistancia, entendiendo ultradistancia como las carreras a
partir de 40 kms. El siguiente “paso” serían ya carreras de 60, como el GTP60.
Pero es que esta carrera, por ejemplo, tiene 3000+, con superficies técnicas que
hay que entrenar in situ con la logística que ello requiere y con la técnica
necesaria para bajar (hay que echarle huevos o no tener miedo, vamos).
¿Mentalmente estoy preparado? La
lógica del sillón-ball (ésa que dice que Raúl estaba acabado o que Casillas es
un manta… manda huevos) dice que ya metidos en harina 27 kms más (como la larga
del trail El Escorial) son sólo 27k más. Pero es algo más que 27 kms. Son muchos
más impactos sobre la cadera, el glúteo, la espalda… luchar con ese “¿Quién te
manda meterte en eso?” cuando las piernas empiezan a fallar. Cuando uno va
perdiendo fuerzas no levanta tanto los pies y eso te lleva a la hostia ya sea
cuesta arriba (problema menor) o abajo (hostión). Son cinco ó seis horas más…
vamos, que me veo como un nazareno con el cirio prendido pero con el avance
tecnológico en forma de led con elástico en la frente. Cagüenlaputa, yo solo me
estoy liando.
Pero la más importante, con la
que me quedo es que el trail está de puta madre. Volveré.