viernes, 27 de julio de 2012

¿Aceptamos pulpo?


En estas dos semanas de vacaciones he corrido cuatro ó cinco veces con los enanos, ellos en bici y yo a pie. Después de varios intentos, el mediano se ha soltado con la bici y no para. La salida media era de 9 kms, durante 55 minutos. ¿Sirve eso como entrenamiento? En los parámetros en los que me muevo actualmente (5:00-5:15 durante una hora/hora y cuarto en rodajes, 4:30-4:45 en entrenos en umbral anaeróbico de 10kms) desde luego que no son precisamente para tirar cohetes, pero rastreando los registros de hace algunos años hubiesen supuesto un salto de calidad.

Contando en la ofi que algún día hice doblete por la mañana (rodaje) y por la tarde (enanos), los deportistas (entre los que se incluyen practicantes reales o imaginarios del multiproducto Les Milles, pádel y mus) se sorprendían de que “hiciese deporte” dos veces al día sin reventar.

¿Puede considerarse como “hacer deporte” andar ligero y correr a ritmos desde 04:00 min/km a 09:00 min/km, lo que implica una media de 06:00-06:30 min/km? Pues hombre, en la medida que se produce un desplazamiento de una masa en el espacio-tiempo consumiendo en ello energía pues sí, vale, se “hace deporte”. Si se extrapola a una carrera-tipo de 10km y se obtiene, regla de tres mediante, que el tiempo final fuese de 01:00:00-01:05:00 por encima del cual hay mogollón de populares, pues también.

Ahora bien, si voy en vaqueros, zapatillas o chanclas Quechua modelo tarahumara, con las gafas de ver puestas y una bolsa del Mercadona con dos plátanos para la merienda pues como que no. Afortunadamente para mí, no tuve que llevar dos colocaos como la Omá de Los Morancos porque nos olvidamos la baticao. Si, en el camino, adelantas ligero como un rayo, potente como un camión a alguno/a que va más equipado que Gebreselassie y que grita “¡si va en vaqueros!” (es lo que tiene ir con el IPhone cuando corres, que chillas como un cerdo). ¿Estoy “haciendo deporte”? Para el amigo del Iphone, aparte de quitarle la pegatina y hundirle en la miseria, desde luego que sí.

Por eso me gusta este deporte cada vez más, porque aquí no valen los llorones. Ni los pegosos. Ni “¿Por qués?”, ni “Jugamos como nunca y perdimos como siempre”. No valen las excusas, sólo lo que haces. Por muy buen equipo que tengas, si no mueves rápido las piernas no avanzas. Si las cosas no te salen como esperas es porque te has lesionado, porque te has equivocado de ritmos o porque no te has hidratado lo suficiente, pero eres tú y sólo tú el responsable. La verdad, me extraña que los apólogos del pensamiento positivo no hayan usado la preparación de un maratón como analogía.

Como el Excel es mío, me lo apunto. Para algo tengo un campo con observaciones donde pongo lindezas del tipo “viento de cojones”, “noche toledana”, “calor”.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

lunes, 16 de julio de 2012

Me gusta correr

El otro día disfruté como como nunca corriendo. O disfruté corriendo como nunca. O corriendo disfruté como nunca. Da igual como lo escriba. No hice ninguna mejor marca personal (de hecho, de las 120-150 salidas anuales ésta sea la penúltima más rápida). Tampoco la distancia recorrida, nueve kilómetros, fue digna de ser incluida en los anales. Ni la forma en que los hice, por momentos a 4:00 min/km y por momentos andando rápido. El tiempo atmosférico... nubes, lluvia, algo de viento... tuvimos que parar de vez en cuando a limpiarnos los ojos al estilo limpiaparabrisas  porque "se nos mojaban los cristales" El tiempo total, una horita, tampoco fue para tirar cohetes. Por no decir del equipamento que llevaba: nada de camiseta técnica, ni mallas extracool, ni GPS, ni MP3 ni pollas en vinagre: vaqueros, camiseta de Guns and Roses y Adidas Country años 80. Lo que lo hizo diferente fue que iba con los enanos, ellos en bici y yo corriendo.





Durante esa hora no hablamos de la puta crisis, esa crisis que ellos no alcanzan a calibrar porque han vivido casi siempre con ella al igual que con la Roja Victoriosa que todo lo gana. Tampoco hablamos de recortes que no fuesen de cromos de la temporada pasada para las chapas. Por supuesto que nos dio tiempo a discutir de temas interesantes y recurrentes que siguen sin resolverse (no como la "partícula de Dios"). ¿Quién es más fuerte, La Cosa o la Masa? ¿Spiderman o Batman? ¿Estela Plateada o la Antorcha Humana? ¿Por qué estan asquerosamente perfecto Superman? ¿Tiene algo que hacer Fernando Alonso contra Rayo Macqueen? Los cojones, mucha Fórmula 1 y mucha hostia pero ninguna Copa Pistón: en eso le ganan Hudson Hornet y Rey; ala, bonito, aprende a conducir y me lo cuentas luego.
Disfrutamos corriendo, saltando (qué juego dn las ramas bajas de los árboles), cruzando puentes, derrapando... hay que ver lo divertido que es pulsar el freno trasero con todas tus fuerzas. ¿Qué probabilidad hay de pisar un charco de 25x40cm en un circuito de 4 kms de perímetro y tres metros de ancho promedio? Con niños del 100%, y no una, sino varias veces, que por algo somos el único animal que tropieza dos veces en el mismo charco.

martes, 3 de julio de 2012

Menos detalles que un Panda

A pesar de ser de Ciencias, reconozco que tengo la manía de leer algo más que el Marca, los titulares truculentos de El Mundo, los comentarios de cualquier producto en Internet (dando por ello más valor a lo que un troll pueda escribir que a lo que me pueda contar mi colega) o las biografías de insignes personajes como Cristiano, Messi, Bar Rafaeli o Justin Bieber.

Por otra parte, me parece una excusa estúpida justificar la propia ignorancia con el argumento de ser “de Ciencias” por no haber leído El Quijote o desconocer los símbolos de la Tabla Periódica por ser de Letras. Como si en veinte años uno no hubiese tenido tiempo de leer cuatrocientas páginas seguidas con un hilo argumental o acordarse de que el símbolo químico del Mercurio es Hg porque en latín se escribe “hidrargirium”. Ah, ¿no eras de letras?.

Como muestra de la ignorancia colectiva tenemos a nuestros gobernantes, que excusan su nulo conocimiento de inglés con un lacónico “es que yo soy de francés” Ya, ya, de francés del de pagar, no del de hablar, porque para decir “Segolén, Segolén…” mejor te quedas en casa. Además, qué coño, desde que dejaron de estudiar hace más de treinta años han tenido tiempo para hacer el CCC d inglés.

Uno de mis mayores defectos es el de pensar. Lo sé, en estos tiempos de pensamiento único en los que información, opinión y  adoctrinamiento son un todo en los medios de comunicación, pensar, más que un esfuerzo personal, supone una molestia para los que consideran que somos borregos ¿se nota que el otro día pusieron “V de Vendetta”?. ¿Por qué ahora todos decimos amén a la austeridad, los recortes en Sanidad, Educación, etc cuando antes también decíamos amén a que nos construyeran un Palacio de Congresos o un Centro Cultural más grande que en el pueblo de al lado? ¿Sabemos qué es la austeridad? ¿Sabíamos qué era un Palacio de Congresos?  ¿para qué servía un Centro Cultural?

Juntando los dos conceptos de “leer” y “pensar” el cóctel puede ser tan explosivo como puedo serlo el aguarrás y las limaduras de metal. ¿Habrá alguna aplicación del Aifon que integre estos dos verbos? Me temo que no, más que nada porque son dos acciones proactivas por naturaleza.

El caso es que viendo la etiqueta de las camisetas de los enanos de la carrera del otro día (aquí entra el concepto de leer), veo que están hechas en Bangladesh. Y que el balón que le dan está hecho en Pakistán. Y aquí empieza el de pensar. Me gustaría ser bien pensado, y creer que todos los políticos son honrados, que las relaciones laborales se rigen por una estricta meritocracia donde no hay lugar para el nepotismo, que “Imagine” haya servido para algo más que para fumar porros, que los Reyes Magos reciben de verdad las cartas y que en estos países no existe el trabajo infantil.

Como dice mi hermano, estos detalles, más que feos, son ordinarios. Las camisetas de los mayores estaban hechas en España. Bien hecho, generando empleo de forma sostenible. ¿Y las de los niños? Vale que los pequeños corrían gratis y en estos tiempos de crisis hay que minimizar gastos, pero ¿al precio de no ser consistente con lo que pregonas? ¿Cuánto te puede costar, en términos de imagen, si el proveedor de las camisetas tiene una cagada y te la mete doblada? Desde luego que mucho más que los dos pavos por camiseta que cuestan.

Seguro que los patronos de la Fundación se han fijado en este detalle, y que han realizado los encargos a empresas que cumplen estrictamente con auditorías de calidad que certifican que las condiciones de trabajo en esas fábricas y sus subcontratas se ajusta a los estándares de la OIT y que no trabajan menores. Supongo. Menuda chapa que os he largado.