jueves, 30 de octubre de 2014

El corredor en el club de pádel o-sea

Antes de apuntarme al gym tuve una primera experiencia algo traumática en esto de los vestuarios colectivos. Me apunté a un club de pádel. “¡¡Ya era hora!” “Con todo lo que rajabas del pádel y vas y te apuntas!”. Dejadme continuar, coño, que un defecto que tenemos es que no dejamos hablar en general.

Sí, me apunté  a un club de pádel PEROOOOO sólo para usar el vestuario, complemento circunstancial que cambia todo el sentido de la frase.

El precio era baratito si sólo entraba al vestuario, lo que estaba muy bien.

Lo primero que me sorprendió fue el tipito apolíneo o silfídico que gastan los padeleros en general, versión pija urbana de las raquetas de playa con la gitana o el toro estampado de toda la vida pero que por arte del birbilirloque se metamorfosea en una pala un poco más ancha y de 60 pavos p’arriba. De hecho pensé que me cobraban tan poco porque abarcaba la mitad que la mayor parte de todos ellos. Al tener una talla 48, pensé, mi consumo de agua debía ser de por lo menos la tercera parte de estos padeleros. Y es que los abdominales, más que para rallar limones los tienen para robarlos (escondidos) en el Mercadona.

Me sorprendió también el equipo que hace falta para “jugar” una hora al pádel. Tres raquetas, dos polos (uno con un caballo y otro con la banderita de España), dos pantalones (uno corto y otro largo por si refresca), gafas de sol polarizadas, cinta para el pelo, gorra sahariana, muñequeras, sudadera “por si refresca”, funda para móvil de 600 pavos, seis paquetes de pelotas, toalla grande (para la ducha) y pequeña (para el sudor, nos ha jodido mayo con las flores), albornoz, pantunflas, los mandos del Scalextric y una estampa de Nuestra Señora de la Cabeza, patrona de Andújar por aquello de dame-lo-que-no-tengo. Ah, y la espada láser por si se caldean los ánimos, que todo el mundo sabe que es un deporte de alto riesgo.

Para movilizar tamaño equipaje, por supuesto, hay que maniobrar antes de entrar en el aparcamiento (perdón, en el vestuario). Ah, si llueve (aunque sea orballo) no se juega, que la lluvia en Madrid mata. Para la transpirenaica que se apretó Kilian desde Fuenterrabía a la Costa Brava hizo falta menos equipo.

Y yo con mi mariconera del Kipsta, donde caben las zapatillas, el champú+desodorante, banda HRM más la mochila de travesía de niños con la toalla-tanga superabsorbente del Decartón, las mallas cortas y la camiseta.

Todo este equipo, al final, implica que cuando juegan cuatro amigos al pádel tengan que delimitar un perímetro de seguridad en el vestuario fuertemente protegido con alambres de espino en forma de convoy de mochilones colocados en batería a lo largo del pasillo que ríete tú del check-point Charli de Berlín ¿se nota que estoy leyendo “El Umbral de la Eternidad?”. La comunicación tiene que hacerse a grito pelado, enumerando glorias pasadas y vacilando con la camiseta que nos regalaron de un campeonato de pádel del hotel “all inclusive” de Gandía donde pasamos el verano, más meritorio a su entender que el IM de Lanzarote. Y es que el todo incluido es para alicatadores de extrarradio, pero para nosotros los pijos existe el “all inclusive”.

Una maquina de bebida isotónica (hay que recuperar) colocada al lado de otra de envasados en la que lo más equilibrado que  había era una palmera de chocolate.

También me llamó la atención en que para “hacer deporte” haya que ir en un coche lo más grande posible a con una pegatina de Tarifa Surf (haría falta una tabla tipo carguero para que no se hundiese con estas sílfides) y otra de Pádel Lobb. La medalla del Rocío en el retrovisor es opcional. Si no tienes un coche de más de dos toneladas no te permiten entrar al aparcamiento, oye.

¿Y los estiramientos? Los del pádel cometen la temeridad de no estirar después de “hacer deporte”. ¿Hay necesidad?  Yo, a mi pesar, estiro menos de lo necesario (siempre tenemos la sensación de estirar menos de lo necesario) durante cinco minutos. “¿te pasa algo?” me preguntó la de recepción u estirando isquiotibiales con los pies en forma de cuatro. “no, es que yo soy así de estirado” le contesté con un juego de palabras que no sé si llegó a pillar. Y es que la pobre se enteró el mismo día (porque yo se lo conté) que el carril bici estaba en esos arbolitos que hay al otro lado de la calle. Mucha información que procesar, que la dejé hiperventilando con ese caudal de información..

¿Qué hay del nivel de los jugadores? Si hablas con cualquiera todos te dirán que son de “nivel medio”. ¿Nivel medio? ¿Como el nivel medio de inglés que dicen tener todos los españoles porque se aprendieron en el colegio la letra del “Yellow submarine”. En el running al menos tenemos medidas absolutas como “Mejor Marca Personal”, “ritmo de competición”; somos lentos, muy lentos o keniatas pero si nos preguntan por nuestro nivel respondemos por algo que sea tan interpretable en cualquier parte como el Sistema Métrico Internacional.

Por otra parte siempre está una de las eternas cuestiones; junto con el “¿quiénes somos?¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?” (grande Siniestro) está la CUESTIÓN POR ANTONOMASIA: el pádel: ¿juego o deporte? Sin lugar a dudas es juego; he visto a jugadores de dominó echar la caja de pesicolas (el seis doble) con más ahínco y resolución que un revés liftado en el pádel. ¿se suda jugando al pádel? Hay quien sí y hay quien no, depende del calor que haga, que el efecto Camacho aún perdura en nuestras retinas.

Pero una razón definitiva por la que no juego al pádel es que veo menos que un gato de escayola. Llamadlo coquetería o comodidad, el caso es que con mi miopía me comería hasta las bolas ésas del Pilates con dos cuernos y los ojos de Bob Esponja. Eso y una aprensión hiperbólica a meterme nada el ojo como una lentilla hacen que vaya con los ojos apretados como los de un oriental estreñido en plena faena más por la falta de visión que por el esfuerzo.

Paradojas de la vida, hay huevos para apretarse un maratón pero no para meterse el dedito (la puntita) en el ojo. Por mucho que diga mi padre que “un tío se arranca el ojo, le pone la lentilla, le echa el líquido y se vuelve a poner el ojo pero no dice no puedo, no puedo”. Yo no puedo, y es que hice la mili en el arma de Ingenieros y no en el de Infantería “Lepanto” nº 2.


Al final me invitaron a irme. Problemas para pagar (para uno que quiere pagar y lo sabotean), unos vestuarios manifiestamente mejorables, ausencia absoluta de corredores y la apertura de un gimnasio “low cost” cerca hicieron el resto. Eso sí, un año después todavía me mandan invitaciones para apuntarme a cuquitorneos de pádel.

11 comentarios:

  1. El padel es como todo, cuando empezó Iván se apunto con 6 amigos no tenían ni idea de jugar, y mientras los otros jugaban Ivan daba vueltas a la pista para sudar un rato porque en la pista no había manera.
    Ahora gracias a mi hermano nos hemos mtido mas de lleno en el tema padel y cuando sabes jugar y alcanzas un nivel y esto se consigue a base de entrenar que no jugar, te aseguro que se hace dificil aguantar una partida, pierdes tiempo al sacar y todo para poder recuperar y eso que se supone que somos runners y estamos en forma.
    Te aseguro que nosotros somos iguales pero no nos vemos, llevamos nuestras camisetas, nuestras chorreadas y al que no le gusta correr nuestras conversaciones aburren, es mas mi madre todavía no entiende porque me he ido a Suiza de vacaciones para ver montañas, con las que hay por aquí... jajaja

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    1. desde luego; entre el modo manta (la mayoría) y el modo máquina debe habr un salto sustancial
      Somos peores sin lugar a dudas... ¿1q hacen 0.000 tíos a las 09:00 AM un domingo? coger setas desde luego q no...el primero q se ríe de los runners soy yo... si no eres un iniciado ¿quién coño puede entender 3 x 5 x 200 R2, RR = 30'' - RS = 3'? por ejemplo... "A dios pongo por testigo q no me reiré de mí mismo..." dando entrada al siguiente comentario

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  2. Imagíname con el puño alzado en plan Scarlett O'Hara y diciendo: "A dios pongo por testigo que nunca más voy a leer a thunderstruck en el trabajo". Si es que me tenía que aguantar la risa... que casi me ven jajaja

    Me he reído un montón, lástima que ya no frecuentes esos ambientes. Es que hay gente para todo, oye.

    Yo sólo fui una vez al pádel con unas compañeras de trabajo y de tanto reir al final casi nos sacan de la pista por montar jaleo. No es lo mío, la verdad.

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    1. ya te digo.. a mí se me daría fatal. entre la técnica (q no tengo) y la visión (q tampoco) pues imagínate...

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  3. Buenísima la entrada. En fin, has descrito a la perfección a cierto estereotipo social que detesto profundamente desde que tengo uso de razón. Son los mismos que veía cuando iba a entrenar con mi perra a cierto club y al lado veia las clases de equitación donde a duras penas se distinguía quien era el caballo y quien el que montaba. Talla 48 te has quedado corto....
    Pd1: si ves a mis compañeros jugar al padel alucinas. Deporte si es, para algunos claro....
    Pd2: esto sólo lo superan los que se gastan 2000€ en una bici y luego les ves por el carril bici totalmente equipados y rozando la panza en la barra del cuadro.

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    1. 2000 en una burra?? como sea de carbono te plantas en 6.000 tan ricamente...

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  4. Como dicen por ahí que el paddel es como el tenis pero en corral.

    No me veo en esos ambientes.

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    1. ja, ja!! no lo había oído lo del corral.. de todas formas nunca hay q decir de este agua no beberé ni yo soy un político honrado

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  5. Muy buena la entrada :-)
    Y ahora en serio, sí que te animaría a probarte las lentillas blandas que son de hidrogel de silicona. Su composición es agua, mucha gente que rechazó las lentillas "de siempre" sí que soporta ése tipo de lentillas.
    O puedes hacer como un compañero de curro ultratrialero, que como no puede tener tantas horas puestas las lentillas se ha hecho unas gafas deportivas graduadas que son la polla. Y caras, eso sí.

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    1. ja, ja!! me inclino por lo segundo (no sé si los reyes leen este blog ;)). De hecho los trails los corro con gafas-

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  6. Joder que entrada mas buena, yo he jugado dos partidos de padel en toa mi vida, bueno el primero fue una pachanga mas que un partido y en el segundo coincidio con la preparación al trail de peñalara... La cuestión es que unos conocidos que le dan a esto del padel, no echaron el guante a mi colega y a mi y allí que nos fuimos, pantalón de deporte las asics en los pies y camiseta de la media maratón de fuencarral... La primera media hora como que no dabamos una, se impuso la técnica y nos dieron pal pelo.... Pero luego llego la segunda parte ( y eso que dicen que segundas partes nunca fueron buenas) ellos andaban ya pelin cansadillos y nosotros practicamente acabamos de calentar, empezaron a entrar puntos, nos vinimos arriba, llegabamos a todas las bolas y ellos a casi ninguna jijiji, y como que disfrutámos un montón, ya no se si por el juego por hacer deporte o por darles pal pelo...
    una buena experiencia....
    Saludos compañero.

    P.D. Por cierto se suda en el padel, por lo menos nosotros nos metimos una sudada en toda regla.

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