jueves, 29 de julio de 2010

Lo que cuesta correr

Hoy quiero escribir de lo que cuesta correr, que alguna vez me lo he planteado (y me lo han preguntado), pero nunca he echado números de manera “seria”. En principio, es el deporte más barato del mundo, ya que sólo consiste en ponerse las zapatillas y “a correr”, pero no es tan sencillo.

Para empezar, hay que distinguir entre el coste sicológico y el económico. Dentro del primero, tenemos los famosos “esques”: “es que hace frío”, “es que hace calor”, “es que es tarde”, “es que mi tío es de Pamplona y tiene un Seat 127 verde manzana”, ante los cuáles no hay nada que objetar y cada cual pone el precio que quiere. Conozco gente que dice aburrirse corriendo y que, sin embargo, no se aburre nadando en una piscina de 25 durante una hora (nada para arriba, para abajo, da la vuelta…), o que se pega sin problemas cuatro horas de bici los domingos (eso dicen) y luego no aguantan veinte minutos en la cinta entre semana.

Mi intención es la de escribir de los costes económicos, de los lerenles que te gastas a final de año.

A la hora de calcular he simplificado mis cálculos y los he puesto en formato mensual. El urbanita con pretensiones deportivas suele comparar mejor con lo que paga al mes en el gimnasio, cifra más constante que los impactantes 250 euros de un pulsómetro o los 100 lerenles de unas zapatillas de gama media-alta.

Para empezar, el gasto más importante no es el de las zapatillas, sino el de la ropa, particularmente la de invierno. Siendo cutre, y yendo al Decartón, entre cortavientos, mallas, y camisetas térmicas, al año te puedes gastar unos 180 euros (aproximadamente a 30 euros la pieza). Las zapatillas, obviamente, suponen un gasto importante, en torno a 150 lerenles al año (asumiendo 1.500 kilómetros al año). El pulsómetro, con gastos asociados incluidos, supone en torno a 60 leuris al año (siempre y cuando se estire cinco años). Finalmente, y para el resto de gastos (camisetas, pantalones cortos, calcetines, gayumbos, inscripciones a carreras, etc) he considerado 130 leuris más. Ah, y una prueba de esfuerzo cada dos años (en torno a 100 pavos), recomendable una vez pasados los 30 si se corre regularmente.

Después de todo este rollo explicativo, he llegado a la conclusión de que correr me cuesta casi 50 euros al mes, lo que un gimnasio de barrio. Si eres más pijito y te gusta la ropa de marca, o si tienes unos pies más delicados que requieran unas zapatillas mejores, o te gustan las fricadas tecnológicas (ipods para Nike, Pulsómetros con GPS cada dos años), la factura mensual puede subir (no creo que más de diez lerenles al mes). Estoy hablando de lo que considero básico; obviamente puedes correr con un Casio en la muñeca o sin él, pero no vas a tener mucha información (por no decir ninguna) de ritmos, distancias o proyecciones. También puedes llevar unas J’Hayber Nisu, pero en unos años tendrás las rodillas como el hígado de Ernesto de Hannover.

En fin, nada es gratis, ni siquiera respirar, que para eso se ha creado el Mercado Secundario de derechos de emisión de CO2.
Al menos, y dado que no es barato, por lo menos no precisa de parafernalia del tipo " me voy al pantano para hacer prácticas de submarinismo", "me llevo la bici en el coche durante ochenta kilómetros para poder hacer 30 por una senda verde" o "me levanto a las cinco para coger aparcamiento en la estación de esquí (que abre a las siete)"; te plantas las zapatillas y a correr. Sin más.

1 comentario:

  1. Cuanta razon, gracias por citarme esta tremenda entrada.

    Correr no tiene nada de barato ni de gratuito si lo quieres hacer de forma "medianamente" sana, si quieres convertirte en un despojo tipico de vietnam, saldra barato, en dos meses con unas Kelme y no corres mas en tu vida.

    Por algo deje de ir tan frecuentemente a la sierra a montar en bici. Hacerme 160 km para 30 km en bici. Una salvajada.

    Un saludo colega!!

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