viernes, 10 de septiembre de 2010

¡¡Papá, suéltame!!

Semana intensa en lo deportivo, más ajeno que propio. Para empezar, la eliminación ante Serbia ha supuesto un duro palo familiar, ya que los enanos no conocían a una España que no fuese finalista (2006 Campeones del Mundo, 2007 Supcampeones de Europa, 2008 Subcampeones Olímpicos y 2009 Campeones de Europa), y la razón no hay que buscarla en Scariolo ni en si tuvimos que hacer falta rápida o agotar posesión; no. La razón, según ellos, está en que no nos pusimos “la Roja” para ver el partido. Este sólido argumento hace presagiar numerosas, largas y gloriosas jornadas televisivo-deportivas en el futuro. Menos mal que nos queda Nadal en el Open USA para el fin de semana.

Dos acontecimientos inolvidables han marcado la semana deportiva familiar: aprender definitivamente a pedalear sin patines/ruedinas y el primer álbum de la Liga, ya con pegatinas y sin ningún Ito que te hunda en la miseria ni ningún Beguiristain que te dé la gloria.

En cuanto a la semana carreril, destacar que me he sacudido la pereza de una vez y reiniciado las series, después de casi seis meses, y es que entre que era verano y madrugones he encontrado excusas de lo más peregrinas para escaquearme. Sorprendentemente se han dado mejor de lo esperado, ya que la media de los mil metros me ha salido a 4:09 (descansos de 300 metros); eso sí, sólo cuatro series y con más pulsaciones que cuando Casillas le paró el gol cantado a Robben. Si consigo hacer alguna más a una media algo menor, bajar de 43:00 en los 10.000 es más que probable.

¿Operación mochila? Bien, gracias, ya sólo me quedan dos kilos y poco, poco más de la mitad.

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