Al final llegó mi bautismo en
esto de las carreras de montaña. La cena del día anterior no fue precisamente
equilibrada (fútbol, cervezas y picoteo). Si, además, te dan un repaso tremendo
(sin actitud no se puede ir por la vida) y tienes que explicarles a tus hijos
que lo normal es que nos volvamos en cuartos de final (o antes) y no que ganes
la final (los pobres sólo han visto ganar a la Selección) entonces es cuando te
vas con mal cuerpo a dormir.
La hora de salida era las 11:30,
por lo que por una vez no puse el despertador sino que éste vino a despertarme
“no quiero dormir más”. Desayuno tranquilo, completo y paseo hasta la Plaza
Mayor. Joder, hasta preparé las cosas con tranquilidad sin ese “joder” que se
suele soltar a las 07:30 porque no eres capaz de enhebrar el dorsal con la
camiseta (más que nada porque no tenía el dorsal).
Desde primera hora noté que hacía
calor mientras íbamos hacia la salida. ¿Me llevo los bastones? Pues sí, hay que
habituarse a ellos pese a que la distancia no los haga necesarios.
Los macho-camachos de la carrera
de 70 kms nos llevaban dos horas y media de ventaja y salimos unos 300
corredores con puntualidad. Acostumbrado a carreras familiares de 3.000
corredores, ésta me parecía una reunión de amigos ya que podíamos entrar y salir
del arco de salida sin problemas.
Iba tranquilo ya que el recorrido
me lo conocía en su práctica totalidad salvo por el ascenso a La Buitrera.
Corriendo desde el principio (cuesta abajo todo el mundo sabe correr), sin
embargo a la primera cuesta todo cambia aunque sigo corriendo. Sin embargo,
ante la constatación de que el andar en una carrera se veía con toda la
naturalidad del mundo decido salir de mi armario runner y camino. Primer
prejuicio runner que salta por los aires.
A los 500 metros de la salida nos
metemos por la senda que nos llevará a Hontanares entre jaras florecidas,
robles y un pinar. A pesar de que tenemos que subir, el ambiente es bastante
distendido. En esta primera parte hay que subir unos 200 metros en 3 kms, con
lo que se puede caminar rápido o correr lento, según gustos. Opto por lo
primero. Además voy bien de tiempo según la “planificación” mental que tenía
construida desde mi ignorancia en ir a 8 min/km en este tramo (7:20 de media,
23:00 en total en el km 3). Intento dejar ese ángel runner tocapelotas de lado
y pongo el pulsómetro en modo tiempo total-distancia, despojándome de
pulsaciones y distancia última vuelta.
Sin prisa, sin pausa llego a la
pista que va de Riofrío a Hontanares, territorio de sobra conocido, donde me
echo para adelante y me sale un kilómetro en 5:20 con sus toboganes pero pica
para arriba y meto la reductora hasta la ermita ¿seguro? No, el ramalazo runner
me sale doscientos metros antes del avituallamiento y me pongo a correr:
dignidad ante todo, antes muerto que sencillo.
Toca ahora la parte más dura.
Estamos a 1.400 metros y hay que subir a 1.900… en poco más de 3 kms. Al
principio hay que pasar por uno de esos pinares donde los pies se hunden entre
arena y humus. Avanzo en fila india no menos de lo que haría en solitario. Poco
a poco vamos saliendo del pinar y el paisaje se vuelve más agreste, cada vez
con menos árboles y más pizarra suelta donde las zapas se ponen a prueba. Hay
momentos que me acuerdo de las tres cervezas del día anterior pero no creo que me
lastrasen ¿no sería que en ese momento la inclinación fácilmente podía ser del
20-25%? Esa parte runner (más bien ese pitido Garmin) me dice que hago dos
kilómetros en 16.22 y 16:54; me queda casi un km para coronar y la media está
en 10 min/km. Como los grandes ciclistas (Perico eras el puto amo en el último
kilómetro) me pongo a correr cuando veo que el puerto está ahí… pero me detengo
a echar unas fotos a unos 200 metros de la cima; aún así hago ese último km de
subida en 11:29 en el que incluso adelanto a unos pocos.
A 1.900 metros, Riaza abajo y el Valle del Duero al Fondo: Ancha es Castilla
Me pongo en modo runner, acelerando para coronar corriendo
Sin embargo… todo lo que sube
tiene que bajar. Y aquí llega el momento "lindo gatito" de Jose. A ver… uno no es
que sea precisamente valiente cuesta abajo (de hecho soy más bien cagón). En
entradas anteriores le echaba la culpa a la miopía como se la podía echar a
Zapatero o a Yoko Ono. Pero no, a pesar de llevar gafas nuevas el cerullo
apretao estaba ahí. Las piedras sueltas parecía que quemaban como brasas por la
forma de correr que tenía. Piedras muy sueltas en medio de regueras que me llegaban
por las rodillas ¿es esto lo que los ultras llamáis “bajada técnica”? Dos
kilómetros en lo que lo único que veía eran mis pies, las piedras de delante y
como mucho la curva siguiente.
Poco a poco van desapareciendo
las piedras dando paso al camino. He bajado dos kilómetros a una estratoférica
media de 8:40, “pa habernos matao” mientras oía en mi mente “para ser un
corredor de primera aceleeera, aceleeeeeeeeeeera” Pues no, no quiero meterme un
hostión; a pesar de llevar unas tiritas de Rayo Macqueen (que, como todo el
mundo saben cortan las hemorragias con más precisión que un bisturí de grafeno)
no estoy por la labor de estrenarlas. Riofrío ya se ve y me permito correr y beber a la vez.
En Riofrío me tomo con calma el
avituallamiento. Frutos secos, bebida isotónica, membrillo… y una fuente en la
plaza que echa el agua como los botijos de mi pueblo, helada, helada. Me mojo
la cabeza, la gorra, los brazos. Quedan seis kilómetros y estoy en 2:02… otra
paja mental runner me dice “¿a que no
hay huevos de bajar de 2:40?” , como si importase un
minuto más o menos. Vamos a intentarlo. Me aprieto una pirula de sales y me
piro.
El último tramo me lo conozco
bastante bien: tiene unos 100 metros de desnivel negativo con algunos repechos
considerables pero negativo al fin y al cabo. Bastantes piedras pero asequible.
Me noto la articulación de los dedos gordos de los pies cargadas y sobre todo
los noto hinchados (se mascaba la tragedia en forma de ampolla); los tobillos
los siento al borde del colapso, tan acostumbrados ellos a correr en terrenos
más estables. Me salen dos kilómetros a 6:08. “¡Sí, se puede!”. Sólo queda
remontar una vega pedregosa de un par de kilómetros y ya está. Ando, corro y
adelanto a gente, 7:02 y 7:14… pues va a ser que sí… echo un vistazo al reloj y
llevo 2:34 acumulados. Esto está hecho… o casi: invoco al espíritu runner que
vive en mí y le digo “ahora sí, chaval, dalo todo”. Dentro de que era una carrera de 300
corredores adelanto a 5 ó 6… veo q voy a 4:30 y sigo acelerando.
AL doblar para entrar a la plaza
veo un 2:38 en el cronómetro que me pone
pimpón y entro… en 2:38:44. Puesto 168 de 244.
No sé si el puesto es bueno o no.
Tampoco sé si puede considerarse como una aproximación para mi próximo trail,
ya serio, de 46 kms y 5.000 metros de desnivel. De hecho pienso que estaré más
cerca del coche escoba que del percentil 10 por una mera cuestión de selección
natural ya que para apretarse 46 kms hay que ser un puto máquina o tener un
punto chalado.
Lo que he aprendido es que hay
que comer como un vikingo en la montaña. Y si los bastones tienen modo arpón
por si un muflón despistado se cruza por el camino mejor. El Garmin me decía
que había consumido 2.000 calorías (que supongo calculará en función de la
distancia recorrida y la altura ganada) en 18 kms, cuando en llano no suelen
llegar a 1.000.
Y vamos con las consecuencias:
los cuádriceps duros como piedras. La yema de los dedos gordos de los pies más
rojas que La Pasionaria y el lumbar como el de Piqué el día de antes (hasta las
farolas me regatean). Aún así me lo pasé muy bien y estoy muy contento, y es
que pare esto hay que tener un punto masoca.
A mi también me costo salir del armario, en lo del andar. Antes me hacia gracia la palabra Ca-Co, ahora es la primera de mi nuevo diccionario.Saludos
ResponderEliminares lo q tiene el bilingüismo, q enseguida asimilas nuevos idiomas :D!
EliminarBuen debut y si esa cosa maravillosa de ir hacia abajo con las piedras rodando entre tus pies y sin ver mas alla de sus puntas y con el culito bien apretado, es una bajada técnica, "modo ironic off", como verás también son mis preferidas.
ResponderEliminarYa tienes una idea de lo que te espera en la próxima, así que a disfrutarla y a caquear como un campeón.
Sí; se llega con la cabeza como un bombo de tanta concentración pero suelltas un "uuufff" del subidón de adrenalina q no veas
Eliminarjajaja, me parto con tus símiles,
ResponderEliminarque nos sabes si es un buen puesto? joder es cojonudo, menudo estreno te has marcado, lo de los parciales de 10 o 12 minutos el mil son la caña, esto es así, y tranquilo que te saldrán parciales de 18 ó 20, hay cuestas que desmoralizan hasta a los alcoyanos.
pero cuando coronas que, eh??? menuda sensación...
Deduzco por tus palabras que te ha molado la experiencia y sobre todo que te has quedado con ganas de mas, por mucho que tengas los cuádriceps como piedras y alguna que otra secuela más, estas enganchadillo ;-)
Enhorabuena compañero.
Sí me ha molado mucho.
EliminarCOn lo del puesto lo ponía en relación a la distancia; 18 kms es una distancia asumible para mucha gente. Pero 40/50/60 no.... y a lo mejor me veo como en LA <Cena de los Idiotas
Enhorabuena por este estreno!! si vas a repetir con ese otro trail "de verdad" es que has tenido buenas sensaciones! y se ha metido el gusanillo!
ResponderEliminarPreciosas fotos!!
A seguir disfrutando? mejor digo machacandote! :-)
bss
Tania
Sí, son dos caras de la misma moneda
EliminarJuas, juas!! Es que me río un montón con tus crónicas. Sé de buena tinta que las tiritas del Flash Mcqueen (en su versión francesa, ;-)) son una maravilla.
ResponderEliminarTe veo enganchado a la montaña.
Gracias! Flash MacQueen tiene mucha gracia. Pero en un cordobés de pro se queda en nada "Flá Macuín". POca cosa para tanta gloria
Eliminar¡Enhorabuena en tu estreno!. el bosque te va a parecer una broma ahora.Cambiar el Chip a nuestra edad es muy saludable. Un saludo
ResponderEliminar