jueves, 24 de enero de 2013

Nieve en el parque, Nieve en Invierno


Como colofón de la ciclogénesis del fin de semana, este martes anunciaban nieve en cualquier cota de la Meseta. “Prepárense  porque puede nevar”. En invierno. “Utilicen el transporte público”. Ni puto caso, que lo usen los demás, que yo voy calentito en mi mole de dos toneladas. Luego nos quejamos cuando se colapsa la A-6 y nuestro flamante Q-7, un engendro de más de 2.500 kgs, no es capaz de circular con un poco de hielo con su pretencioso aire de todoterreno. Eso y mandarle a Teta-5 el vídeo grabado con el “esmarfon” de lo mal que lo estamos pasando y que nadie viene a rescatarnos.

Por la mañana caía esa lluvia que en cualquier momento se podía convertir en nieve, y en eso se convirtió a a las 09:30 durante quince minutos. Después, la lluvia. Decepción en casa porque los enanos se las prometían muy felices cuando vieron por la ventana del cole que empezaba a nevar.

A mediodía ni rastro de nieve. La lluvia, incluso, desapareció brevemente y el viento con ella. ¿Una carrerita? ¡Cómo no! Hay que aprovechar que no hay viento.

EL cielo parece claro pero por el oeste se ciernen unos nubarrones negros. Me pongo el impermeable y me echo en el bolsillo la gorra Goretex del Decartón por si acaso. Y salgo.

Salgo a correr con un aire limpio consecuencia de haber estado toda la mañana lloviendo. Y con muchos charcos y barro consecuencia también de dicha lluvia.

El isquio no me molesta aún por lo que decido ir algo más rápido, 4:50, 4:40, 4:45, 4:33. Bueno, “decido” a lo mejor no es el verbo correcto, sino que debería ser “me dejo llevar”. Paso por el lago del JC1 cercano a la salida de la Avenida de Logroño y noto alguna gota. El ritmo se incrementa y el goteo se convierte en chorreo, por lo que saco la gorra y me la pongo. Empieza a hacer más aire justo cuando tengo girar y empezar a subir dirección noroeste, pegadito al Campo de golf “público” del Olivar de la Hinojosa.

La lluvia se convierte en esa aguanieve que cuando te cae es dura y que inmediatamente te resbala y se funde por el camino. Noto los golpes en la visera de la gorra (menos mal que me la he traído, porque en las manos sin guantes molesta un poco), los ritmos bajan pero me gusta mucho. Estoy disfrutando con la nieve; al fin y al cabo, y para desgracia de los enanos, en Madrid nieva una ó dos veces al año como mucho, por lo que hay que verlo como una circunstancia excepcional con lo que disfrutar en lugar de lamentarse por nuestra “mala suerte”.

En el JC1 no hay casi nadie, diez personas como mucho. Me cruzo con muy pocos runners. Nos saludamos con esa mirada de complicidad con la que no decimos nada pero viene a querer decir “joer, hoy sí que estamos pocos”.

Al final me salen los diez kms a 4:45. A pesar de las circunstancias me voy acercando a mis registros habituales pese a que las molestias en el isquio siguen ahí aunque ya menores.

La “nevada” dura menos de un cuarto de hora pero sigue lloviendo. Llego a casa con las mallas llenas de barro y con un subidón por las circunstancias de la carrera. Cuando llego a la oficina mis compañeros (y compañeras) juran en arameo porque la “nevada” les ha pillado a la hora de la comida y se hacen cruces por cómo volverán a casa en su coche. Como si no estuviéramos en alerta naranja ni lo hubieran anunciado.

Algunos no entienden cómo puedo salir a correr con “este tiempo” y yo no puedo entender cómo vienen en coche “con este tiempo”. La diferencia está en que yo disfruto como un enano corriendo “con este tiempo” y ellos se encabronan conduciendo “con este tiempo”.

7 comentarios:

  1. Al precio al que han puesto ya el transporte publico, no se hasta que punto compensa cogerlo, eso si, el presidente de la comunidad (que algo trincara de eso), con coche oficial y un apartamento de puta madre en la costa.

    ResponderEliminar
  2. Yo también pienso que cada vez la gente es más borrega. En serio.
    Pues muy buen ritmo a pesar de las circunstancias. Ese día yo salí también, pero aquí se quedó en remojón de lluvia. Lo mejor es que las calles se quedan vacías y se corre con más comodidad.

    ResponderEliminar
  3. Sí; aunque a veces me siento como Sísifo cuando corro con viento creo q es una buena forma de trbaajar la fuerza.

    ResponderEliminar
  4. ¿y la gasolina? desde la más pura lógic de la ley de la oferta y la emanda, una caída de ésta en un 6% tendría q corresponderse con un abaratamiento..q nose ha producido; de hecho ha subido un 11% en 2011; más, incluso, que el transporte público. EN la medida de lo posible uso la bici, ya que lo amortizas en muy poco tiempo,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si yo tuviera la posibilidad de ir en bici al curro lo haría sin dudarlo pero son 60 km ida y vuelta y sin poder ducharme. Luego los hay que tienen el trabajo a 5 km de casa (o menos) y van en coche....

      Eliminar
    2. yo m refería a esos, sergio. obviamente 30 kms de ida y otros de vuelta no se pueden hacer en bici ni probablemente en transporte público. si los desplazamientos se racionalizaran y no se considerara como comidadad propia hacer 5 kms en media hora en coche a pesar del atasco nos iría mejor a todos y cada uno. No tiene ningún sentido tardar más en coche q andando o en bici para ir por el centro de madrid por no mojarnos los bajos de los pantalones.

      Eliminar
  5. Increible pero cierto, la misma cosa que a algunos les consume por dentro a otros nos da vidilla. Las "nevadas" en Madrid capital son un claro ejemplo. El año pasado me divirtió mucho ver la cara de la gente en la oficina mirando por la ventana mientras caían cuatro copos de nieve y se veían ya aislados.

    (Con esos ritmos...seguro que no ibas esquiando?)

    ResponderEliminar