viernes, 5 de noviembre de 2010

Correr en Otoño

Otoño es una época perfecta para correr. Después del verano, las temperaturas más bajas, el ambiente más fresco y, porqué no, cierto “monillo” por la menor actividad del verano hacen que se tome con ganas el ejercicio. Esto hace que cada fin de semana haya multitud de carreras, casi todas ellas con gran éxito de participación.

De hecho, la “temporada oficial” empieza en Septiembre, como la Liga, teniendo dos picos en torno a Noviembre y Marzo/Abril, con un valle de mediados de Diciembre a mediados de Enero.

Aprovechando esta climatología, se puede meter caña, por lo que es buena época para sesiones de calidad (carrera sostenida larga, en el entorno del umbral anaeróbico) y series (ya que no te enfrías durante los momentos de “descanso”). Además, las salidas largas se aprovechan al máximo, ya que no hace tanto calor como para deshidratarse ni tanto frío como para tener que llevar multitud de capas que lo que hacen es mitigar (pero no anular) las condiciones exteriores.

También es una buena época para empezar o volver a correr. Todavía están presentes los “excesos” del verano pululando en el lomo o la cintura, con lo que junto con la estupidez humana de iniciar cambios al inicio de año, de primavera o vuelta de vacaciones (¿será que nos afecta el cambio estacional?¿no éramos seres racionales, de los que toman las raciones en los bares?), tenemos el cóctel perfecto para cambiar de hábitos.

La mayoría de los corredores tratamos de correr en un parque, por aquello de respirar aire menos contaminado y porque por lo general el firme es de tierra, que como sabéis castiga menos las rodillas. Con la luz tan clara de estos días, y saliendo de tres a cuatro veces a las semanas, a nada que seas mínimamente observador te vas dando cuenta de cómo las hojas de los árboles van cambiando de color prácticamente de un día para otro; del verde al amarillo, naranja y marrón. Todavía aguantan en el árbol, pero un día con viento hace que al día siguiente desaparezcan. Y tú, como los jubiletas que siguen las evoluciones de las obras públicas, lo contemplas a diario. Con las incipientes heladas mañaneras los aromas se acentúan a mediodía, con las temperaturas que aún suben hasta 20 grados.

En cuanto a mi reciente semana deportiva, se reduce a tres de salidas, una larga de quince kilómetros a 4:45, con 138 ppm y a nivel del mar (muy bien, es lo que tiene vivir en la Meseta, que co el entrenamiento en altura se mejora enormemente cuando salimos), y dos de calidad, la primera a 4:40 y la segunda a 4:35, ya con las PPM ligeramente por encima de 150.

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