viernes, 17 de diciembre de 2010

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos:
Este año me he portado muy bien.
Después de casi cinco años, mi Polar 200 se tiene que jubilar; eso sí que es cotizar poco, y no los 67 palos que, dicen los que saben, nuestra insigne casta política, por lo visto es la edad de jubilación a la que pretendemos llegar. La pantalla ya estaba perdiendo visibilidad (algunos “palitos” habían desaparecido), la comunicación con el pulsómetro ya no funcionaba también ni tan bien como antes (aunque en esto puede influir algo la pila) y la correa amenaza por romperse por tercera vez. Vamos, una avería de cuidao de sesenta pavos. En este tiempo he debido de correr con él algo más de 5.000 kms, con lo que puedo dar por amortizado el juguetito: juntos hemos pasado calor (poco) y frío (mucho). Hemos corrido por asfalto, aceras, parques, campo, playa, nieve, hierba y cinta.
A pesar de que el servicio técnico es rápido y eficaz (aunque tremendamente caro: el cambio de pila son 18 pavos, y es una 2032 que no cuesta más de 2-3 euros), he decidido cambiar de marca, más que nada porque estos de Polar se han subido a la parra o, más bien, no se han bajado de ella: pedir 500 pavos por un peluco con prestaciones notoriamente inferiores a las que ofrece la competencia norteamericana (Garmin) por 300 lerenles es, sencillamente, un ejercicio de soberbia propio de un antiguo líder de mercado al que le están mojando lo oreja un día sí y otro también. Para empezar, el GPS de Polar no está en el reloj, sino en un cacharrito que te acoplas al brazo y que va con pilas AA que, me imagino, se consumirán en dos ó tres salidas. El aspecto de la pantalla es igual que sus modelos antiguos; no ha evolucionado, las posibilidades de personalización son mucho más limitadas... y lo único que se les ha ocurrido a los perlas de Polar para limitar la pérdida de clientes ha sido crear una especie de Plan Renove con el que te descuentan el 10% al entregar el pulsómetro antiguo: ¡plas, plas, señores!¡qué gran idea!! Si me compro el RS800CX me agasajáis con un descuento de 50 pavos, 450 en lugar de 500 según vuestra página web… en fin, más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena, pero casi todos los runners que conozco se han pasado últimamente al Garmin, ellos verán. Por lo pronto, me ahorro 200 boniatos nada más empezar, más el gasto en pilas del cacharrito, que al cabo del año es importante. ¿Habéis visto cómo pienso en vosotros en esta "crisis-primavera" (según el Gobierno la crisis ha venido, y nadie sabe como ha sido, y ya empezamos a salir de ella, y es que el cambio climático es lo que tiene)?

¿Qué cuál es? El Garmin forerunner405CX, un peluco azul. Por si no lo conocéis, os mando una foto.







EL GPS, integrado en la esfera, permite descargarse al ordenador rutas realizadas, con perfil altimétrico, hacer estudios por tramos, ritmos de subida, bajada, correr con ese “amigo invisible” que todo niño tiene… y un montón de historias más que sólo los muy frikis, analíticos y aburridos podrán investigar. Por mi parte, me quedo con estas que comento y alguna que se me olvida; y no es que no quiera, pero el día tiene 24 horas y uno tiene muchas cosas que hacer.
Evidentemente no me va a hacer correr más; para eso tendría que comprarle unas pirulas a Marta Domínguez, pero sí me va a facilitar el análisis de mis tiempos; al antiguo ya le fallaba la calibración, y un margen de error "tolerable" del 2%-3% implicaba que el análisis de los tiempos no fuese tan preciso como antes, de ahí alguna que otra sorpresa (en todos casos, agradables) con los tiempos de competición.

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