jueves, 24 de junio de 2010

Se acabó el buen tiempo (para correr)

A principios de Junio los termómetros hacían presagiar un duro inicio de verano en lo climatológico, pero una oportuna borrasca hizo que las temperaturas volviesen a niveles de abril, en torno a los veinte grados de máxima, lo cual ha hecho que los dueños de los chiringuitos playeros/piscineros se caguen en el cambio climático con toda la razón del mundo. Como nunca llueve a gusto de todos, esto ha posibilitado que los runners de mediodía (como es mi caso) hayamos disfrutado de una prórroga de dos semanas.

Así, estas semanas raras de Junio las voy a cerrar con tres salidas semanales a mediodía. Hace dos jueves, incluso, me cayó una mojadura sobrevenida tremenda. Por mucho que digan los más veteranos que la lluvia no jode sino que acompaña, algo sí que jode, sobre todo si no has salido preparado. Cuando me quedaban diez minutos para terminar una carrera que iba in crescendo (empecé el primer kilómetro a 5:00 y bajando siete-diez segundos por vuelta/kilómetro), se ponen a caer chuzos de punta. Si no llueve mucho, el propio sudor “evapora” la lluvia y no se tiene la sensación de estar mojándote. Además, si tienes un cortavientos ni te mojas. Ayer también me mojé un poco, y hacía aire y un poco de frío.

Con todo, lo que más se moja es el pelo y las zapatillas. Por cierto, aunque parezca una perogrullada, lo peor de la lluvia no es el agua, sino los charcos; la lluvia, con el sudor y la carrera, se evapora y/o dispersa, pero como pises un charco medianamente profundo, amigo, la has cagado: las probabilidades de rozadura se multiplican exponencialmente, así que date por jodido y para casa (no creo que lleves una mochila de combate con una muda seca en la espalda). Pon las zapatillas a secar, pero NUNCA sobre un radiador/estufa o fuente de calor. La goma (y por tanto, la amortiguación) se jode muy fácilmente y sería una pena cargarse unas zapatillas de 90 pavos por una gilipollez que, por otra parte, no se comete con los zapatos “de vestir” porque “se fastidia la piel”. Seguramente el efecto del calor es más devastador sobre las amortiguación de las zapatillas que sobre los zapatos. Al fin y al cabo éstos son sólo estéticos, mientras que unas zapatillas con las gomas fastidiadas sólo sirven para sacar al perro (si es que lo tienes).

Hasta ayer, a mediodía hizo un tiempo buenísimo para correr. Hoy, sin embargo, el calor ha subido de golpe 5 ó 7 grados, con lo que, ahora sí que sí, tendré que correr por la tarde o madrugar :S. Eso sí, los locos del impermeable siguen corriendo por el parque sin parar a beber porque “pierden el ritmo”. Los ritmos, además, se alargan: calculo que, con el mismo esfuerzo el kilómetro me sale unos diez segundos más lento.
Eso sí, lo bueno de estas fechas tan entrañables es el partido diario del Mundial y la cerveza helada cuando arrivo a casa. A ver si estos cabrones les dan pal pelo a los chilenos el viernes, que ya nos hemos agenciado una vuvuzela para desgracia de los vecinos y disfrute de los enanos.

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