lunes, 27 de junio de 2011

Correr en el siglo XXI

Al hilo de uno de mis últimos posts he caído en la cuenta de cómo ha evolucionado el running en los últimos 20 años. Algo tan aparentemente sencillo e intemporal como ponerse las zapas y a correr ha evolucionado un poco, no tanto en el fondo como la forma.

1.- Las zapatillas. En los años noventa las zapatillas eran multitarea. Lo mismo valían para correr que para jugar al tenis, baloncesto, salir (si es que te dejaban entrar en algún garito con zapatillas) o ir de perol. Hoy en día tenemos unas zapatillas para correr, otras para el pádel, otras para el tenis (importante matiz), otras para el fútbol (dependiendo si jugamos en tierra o hierba artificial tenemos incluso dos pares), otras para pasear y otras casual que casualmente son el mismo modelo que el de los 80/90s que servían para todo. Eso sí, ni corremos como Gebreselassie, ni tenemos el revés de Nadal ni la exuberancia física de Ronaldo.



2.- Por no hablar de la pisada. Podías ser lento o rápido, nada más. Antes no había ni pronadores, ni supinadores ni pisada neutra. Hoy en día es un pecado ser pronador, mientras que si eres supinador estás en un selecto club de élite en el que, de entrada, tienes que pagar 150 pavos si es que quieres tener unas zapas acordes a la categoría del club.

3.- Complementos. ¿Dónde están las muñequeras y las cintas a juego que tanto proliferaron? Como mucho tenemos una gomita mariconeti. ¿Dónde quedó esa tirita que se ponía en la nariz para favorecer la respiración?.

4.- Las camisetas eran simplemente camisetas, nada de “técnicas”, “térmicas”, “sleeveless” o “climacool”. Y todas eran de marca… de bebidas o de deporte. ¿Quién no ha corrido sin complejos con una camiseta de Whisky DYC?.



5.- ¿Y del pantalón? Antes también era multitarea. Lo mismo servía de bañador que para estar en casa, lavar el coche o correr una maratón. ¿Os imagináis que nos hubieran dicho de haber ido en mallas por los parques por la noche? Seguro que alguno nos hubiese pedido presupuesto, por no ponernos de maricón para arriba.



6.- Calcetines. Antes se compraban en el PRYCA y sólo podían ser blancos, y se podía elegir entre dos rayas paralelas (los había de dos colores, que yo tuve unos) o dos raquetas cruzadas. Hoy hay que comprarlos en tiendas especializadas tienen varios tamaños de caña, e, incluso, son diferentes el del pie izquierdo del derecho.



7.- Con todo, en invierno se corría con chándal y sudadera y en verano con camiseta de algodón y pantalón corto. Hoy en día, en invierno corremos con multicapa, con una camiseta térmica interior ceñida, y multitud de tejidos xtratermic, climalite y palabros similares en inglés, y mallas a juego. En verano términos como xtralight, climacool son tan familiares como “helado de dos bolas de fresa y chocolate”.

8.- Las carreras no estaban homologadas (tampoco importaba) y eran gratis, y se las conocía como “La Carrera del PRYCA”, etc. No había Feria del Corredor; ibas al día de antes, agarrabas el dorsal y te daban una camiseta. Hoy un día, si una carrera no está homologada es una subcarrera, no tiene glamour, y los runners la evitan porque no pueden homologar una marca…de 52:15 en 10.000 metros, como si ésa fuese la mínima para los Campeonatos Europeos de pista cubierta de 2012.

9.- La medición del tiempo se hacia con el Casio de la comunión, salvo algunos tontolculos que lo controlaban mejor con unos pelucos de aguja a los que se le movía una corona y que se pusieron de moda por entonces. Por tanto, lo de “Mejor Marca Personal” no tenía sentido, salvo para contar los trozos de pizzas que podías comerte en el buffet de la playa. Ahora, si se desactiva la función de parada automática en un semáforo juramos en arameo porque nos fastidia la media.

10.- El GPS era un episodio de Mortadelo y Filemón, “El GP Ese”, y trataba de de un premio de Fórmula 1 que querían sabotear.

11.- ¿Chip para medir el tiempo oficial? ¡¡Ja, ja!! Unos tíos a grito pelao anotaban los números de los dorsales en una libreta a la llegada (tiene su merito), te metían en fila, y cada equis tiempo ponían un corte: estos tíos 40:00, los siguientes 40:30; nada de 40:12, 40:13. Por supuesto, nada de tiempo oficial ni tiempo neto; se suponía que todos salían a la vez, por lo que si salías al final te tocaba remontar. El único chip que conocíamos era prodigioso, y estaba en una peli.

12.- Fisio sólo tenían los futbolistas.

13.- No existía el MP3, sino un cacharro denominado Walkman. El número de canciones no dependía de los gigas del cacharro en cuestión ni de la calidad de la grabación medida en kbytes, sino del número de cintas que llevases en la riñonera, y de que éstas fuesen de 60 ó de 90. Tampoco existía la lista de reproducción, sino, simplemente, cara A y B. Acababan de salir unos auriculares revolucionarios que se metían dentro del oído, y los más habituales eran tipo “Princesa Leia”.


Personalmente pienso que esto no es más que el reflejo de la vida misma. Si nos ponemos a pensar, nos hemos vuelto muy parchositos para todo. Términos y actitudes actuales sencillamente no existían antes, y es que ahora nos la cogemos con papel de fumar para no ser “políticamente incorrecto”.

¿Cosas que no han cambiado? Que la música era pirata (qué gran invento la doble pletina), que España estaba metida en una crisis sin precedentes fruto de una burbuja inmobiliaria, que el Gobierno Socialista se derrumbaba ante un emergente Partido Popular y que el Real Madrid se sumergía en una nueva catarsis para poder contrarrestar el doblete Liga/Champions de un Barça avasallador comandado por Guardiola.

2 comentarios:

  1. Correr en chandal, a veces lo pienso, pero me vienen a la cabeza ordas de orcos apaleandome, muy buen articulo, me lo apunto!

    ResponderEliminar
  2. todavía se ven irreductibles en chándal, inasequibles al desaliento. y con cinta en el pelo con muñequera a juego tipo arantxa sánchez-vicario (pobrecita, la andorrana).

    ResponderEliminar