jueves, 30 de junio de 2011

Hola, hola!! Comienza... tiempo de juego...y la ola de calor

Vivimos en un mundo en el que hay que captar la atención del espectador consumidor con un simple eslogan. Una idea sencilla, impactante y en modo imperativo, dirigida a una masa supuestamente gilipollas para captar su volátil atención antes de que empiece a zapear y se dirija a La Noria o al Sálvame que, por lo visto, son diarios (¿sólo? ¡¡Yo pensaba que tenían un bucle infinito¡¡).

Desde el primitivo (y efectivo) “Beba Coca-Cola” ha llovido mucho. Y ha hecho frío, Y calor. Y hemos crecido. Y han venido niños al mundo. Y sigue habiendo hambre, y guerras, y violencia.

Pero no, ahora lo que se lleva informativamente hablando son las “Olas”, preferentemente con un presentador pasándolas putas en un puerto de montaña en la nevada del siglo anual o con el agua al cuello en el enésimo desbordamiento del Guadalquivir a su paso por Villa del Río (¿por qué le habrán puesto ese nombre? ¡ah, está al lado de un río que, cuando llueve crece).

“Ola de crímenes”, y llenamos diez minutos del Telediario de Camela3. Y luego resulta que la criminalidad se mantiene estable en los últimos años.

“Ola de nacimientos”, y Los Manolos de Cuatro, en un alarde de perspicacia científica lo atribuyen a la euforia mundialista del Inniestazo.

“Ola de frío”, y llenamos otros tantos en el de Tela-Hinco. Qué sagacidad, coño, va a hacer frío en enero.

“Ola de Calor”, nos anuncia en un alarde de clarividencia periodística digna de Pulitzer la de La Secta. “Unos consejos prácticos: beba agua, procure no salir en las horas centrales del día, vaya por la sombra si tiene que salir, ojito con niños y ancianos y no haga deporte”. Vamos, lo que me decía mi abuela, que dadas las cosas podría haber sido la chica del tiempo en La Secta si dicho canal hubiese existido hace sesenta años. Venga, coño, que estamos en verano y tiene que hacer calor ¿o no?

“No haga deporte” Como si por el hecho de estar a 35 grados se pudiese hacer más deporte que con 40. A eso se le llama coger el rábano por las hojas, y lo malo es que gente se lo cree.

Pasada una determinada temperatura no es conveniente hacer deporte, ni salir a la calle. Por eso mi madre me decía que la hora de la siesta había que respetarla y no salir a la calle. Para eso estaba “El coche fantástico” con su “Turboboost” y Perico Delgado intentando robarle segundos a Roche, Lemond o Fignon en la única televisión que había y que, por no tener que vender nada, no anunciaba olas ni leches.

Pero “hacer deporte” (odioso término que utilizan los que no “hacen deporte”) sí que se puede, sólo que con el poquito de sentido común que no nos suponen los que piensan por nosotros de los telediarios.

Para empezar, hidratarse. Beber más agua. Antes, durante (también es bueno mojarse pelo, nuca y brazos) y después.

También hay que llevar la ropa adecuada (nada de impermeables, otro de los falsos mitos para adelgazar y que te llevan a una deshidratación segura). También te deshidrata ir sin camiseta. Además, si no eres Tom Cruise y corres en el Juan Carlos I (Madrid) en lugar de Venice Beach (L.A., California), más que feo, queda ordinario (y si llevas la cinta del pulsómetro aún más).

Hay que hacerle caso a los albañiles, fuente de la sabiduría, e ir por la sombra como los bombones de sus piropos, porque nos podemos derretir. Si no es posible, llevar una gorrita. Tengo entendido que la cabeza es la parte que más transpira del cuerpo, por lo que es conveniente cubrirla. Y si eres de los que junta la frente con el cuello (vamos, si estás calvo), obligatorio.

Salir a horas más propicias, aún a pesar de ser intempestivas. Si no te gusta o no puedes madrugar te tendrás que ir tarde, en el ocaso, pero el ambiente estará recalentado. Cuestión de posibilidades o prioridades.

Crema solar. Si eres capaz de echarte vaselina en sitios insospechados sin sentir pudor alguno y sin que el “Dancing Queen” de ABBA te haga bailar frenéticamente, el echarte crema solar para esas horas en las que pica el sol no supondrá un menoscabo de tu hombría.

Olvídate de ritmos. Con estas temperaturas tu corazón latirá más fuerte para mantener el calor corporal mediante la sudoración. Mera cuestión biológica, por lo que volvemos al principio con lo de beber durante la carrera. No lo fuerces, pues, corriendo a mediodía, o por una excesiva exposición al sol.

2 comentarios:

  1. Ja,ja,me parto! Que humor tienes! Y es verdad esa ola de "olas" que se ha puesto de moda en los medios para calentar mentes semivacias y obsesivas, que en estos tiempos que corren hay demasiadas. Mañana corriendo bajo el sol, me pondré gorrita como bien dices, no sea que me convierta en una de ellas.
    Un saludo

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  2. grcs!! lo que reblandece el cerebro es la falta de jercicio (mental).

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