jueves, 3 de febrero de 2011

Correr es un estado de ánimo (Valdano Dimisión)

Los runners más veteranos suelen decir que uno no corre cuando llueve, hace frío o calor, sino que llueve, hace frío o calor cuando uno corre. Cuando empecé en esto pensaba “sí, vale, los cojones, pero dos grados bajo cero son dos bajo cero”, pero con el tiempo te ves corriendo como uno de esos frikis que se ven en las apocalípticas imágenes de Camela3 o Tela-Hínco cuando hablan de olas de frío en invierno, calor en verano (menudos linces, que análisis más certeros que hacen) o lo que toque esa semana y recomendando a la gente que no salgan ni a que el perro suelte la meadita de rigor.

Corriendo cuando hace frío te das cuenta que en poco tiempo te bastan con dos ó tres capas a lo sumo; más te sobran a los cinco minutos, en ese momento en que entras en el umbral aeróbico (vamos, lo que viene a ser el par motor). Las piernas, cubiertas con una malla, no precisan más capas ni que ésta sea especialmente gruesa o de última generación, al menos en ciudades como Madrid o Córdoba; probablemente en Helsinki, con -20ºC sí, pero ¿en Madrid? ¿cuántos días el termómetro no marca por encima de cero? Pocos, muy pocos al año, y en Córdoba no recuerdo que haya pasada alguna vez. Con todo, lo que sí pienso que es útil (y necesario) es llevar alguna braga o pañuelo al cuello, para evitar faringitis y similares. ¿Qué te cae mal Mourinho y no te quieres parecer a él en eso? Bueno, tú mismo. También se agradecen un par de guantes finitos.

Lo que peor llevo es cuando hace mucho viento; el cortavientos no cumple las funciones que, aparentemente, le correspondería por el nombre que tiene. Si se corre en algún sitio pelao puedes sentir ese hachazo lateral cuando te da de costado, o una especie de muro cuando le tienes de frente, como si corrieses con alguien sujetándote con una goma, y más si te pilla en una cuesta arriba. En esos días prefiero irme al parque de al lado de casa y ponerme a dar vueltas. Es mucho más recogido, y, a pesar de que no paro de dar vueltas, se agradece.

En fin, las cositas del invierno. Éste, a pesar de los catastrofismos del pasado fin de semana está siendo relativamente benigno en cuanto a temperaturas, viento o agua: apenas ha helado/nevado (paras desgracia de Álvaro y Pelayo, que tienen un Plan de Contingencias ante nevadas que, básicamente, consiste en hacer el muñeco de nieve más grande del mundo) y no ha habido apenas temporales con viento/agua. Seguro que en marzo se jode el tiempo. En fin, las cosas del cambio climático.

En lo estrictamente deportivo, sigo saliendo abrigado. El domingo rodaje sin frío ni calor (0ºC), a 137PPM, con niebla, me fui hasta 5:10 en 14 km y anteayer caña en el umbral anaeróbico, 9 kms a 4:30. Lo bueno de esto último es que no tenía mucha intención de meterle caña, pero casi al principio vi a uno del curro, le quité la pegatina y mantuve el ritmo los ocho kilómetros siguientes. Igual que el fútbol, como dijo el desgraciado de Valdano puro estado de ánimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario